'Supervivientes 2023' sigue dando momentos dignos de comentar. Yaiza se ha convertido en una de las protagonistas de la edición y se ha erigido como la villana pero lo cierto es que podría haber optado por ser una villana divertida y no una desagradable con comentarios muy poco afortunados. La ruptura del grupo con Asraf es absoluta y a su lado solo permanecen Adara y Jonan, que se ha unido a ellos. Por eso, la separación es más que evidente.
Poco a poco se van viendo situaciones que dan que pensar y que hacen incluso reflexionar sobre si se deberían tomar medidas al respecto como ya sucedió con la discusión entre Arelys y Yaiza. Si por algo se ha caracterizado la novia de Ginés Corregüela ha sido por sus malos modos principalmente contra Asraf, a quien le ha llegado a decir que retire 'sus cosas de mendigo' del medio para que no molestaran en su 'boda'.
Pues bien, las malas contestaciones y los desprecios son constantes y en el último resumen del programa se ha vivido otro bastante desagradable. Nada más llegar del programa en directo 'Tierra de nadie' y al llegar a playa el concursante se dio cuenta que el fuego estaba casi apagándose. Asraf se dispuso revivirlo como 'dios del fuego' que es y lo fue consiguiendo ayudado por Diego y Raquel Arias que le ayudaron dándole palitos y buscando troncos.
Yaiza, desafortunada una vez más
Mientras Asraf se encontraba liado con el fuego, Adara se comía tranquilamente las alitas ganadas con la recompensa junto a Jonan y Alma Bollo, de quienes decía: " Gracias por todo lo que me aportáis. Sois muy cuquis. Y Asrafito también ". Al estar alejados de la zona del fuego no se enteraron de lo sucedido que, una vez más, volvió a ser desagradable para Asraf. Justo nada más revivir el fuego llegó Yaiza con una olla y la plantó en la hoguera, motivo por el que el concursante le dijo: "¿Vas a poner eso ya?".
De muy malos modos, como viene siendo habitual, Yaiza le respondió: "Es nuestra comida del mediodía. ¿Te tengo que pedir permiso para poner la comida? La que no me comí a mediodía. Déjame tranquila. Que me dejes tranquila", le espetaba. Él tan solo quería mantener el fuego y le respondía: "Pero espera si se enciende un poco más, si no se va a apagar". Finalmente, Yaiza le echaba del lugar: " Que me dejes tranquila, máquina. Vamos, tengo que pedirte permiso para comer a ti. Vete de aquí ". Sin duda, estas situaciones deberían tener un toque de atención.