Junto a Joaquín Prat, Ana Rosa Quintana comenzaba a hablar: "Es todo épico. Llevo trabajando desde que tengo uso de razón. Solo hubo un momento de parón cuando cambié de cadena y me quedé embarazada y volví aquí el 10 de enero de 2005. Ahora ha sido como una primera vez, anoche no podía dormir. Tenía una cosa en el estómago, no eran nervios, también por el reencuentro. Volví un día pero con los compañeros, con la mayoría, no los he vuelto a ver en 11 meses. No solo por el tratamiento del cáncer y es que además estábamos en pandemia".
"Ver a gente era complicado. He estado muy metida en casa, en la familia. Yo me encuentro físicamente fenomenal pero es verdad. No estoy dada de alta, he acabado un tratamiento pero podré decir que estoy dada de alta dentro de cinco o seis años. Una vez acabas con la quimio, la radio, las intervenciones quirúrgicas, te quedan tratamientos de pastillas y con revisiones, analítica prácticamente todos los meses y revisiones con escáner cada trimestre. No hay que echar las campanas al vuelo pero es que me he encontrado muy bien durante todo este tiempo", decía la presentadora.
Volver a la rutina es lo que más echaba de menos Ana Rosa Quintana: "Es un volver a la vida. Bendita rutina, encontrarme con mi familia. Esta enfermedad es dura, te retira de tu vida, de la cotidianeidad. Cuando estás con la quimio hay que tener mucho cuidado con las defensas. He hecho mucho deporte pero todo con la obsesión de no perder ninguna sesión porque quiero terminar cuanto antes. Los médicos son tan maravillosos. Mi marido ha venido todas las sesiones conmigo. Hay gente que va sola a darse la quimio y en metro. Tienen que llegar a casa con niños pequeños, es una enfermedad para toda la familia. Yo me siento una afortunada. Yo no he estado ningún día sola".
Palabras bonitas de sus compañeros
Ana Rosa Quintana ha hablado sobre cómo afronta esta vuelta: "Los humanos somos muy idiotas, todos creemos que hemos aprendido muchísimo. Yo sé que mi vida tiene que cambiar. No puedo tener el ritmo que tenía antes. Yo he sido muy positiva y lo seguiré siendo. Habrá que aprender a valorar más las cosas. Lo que me ha ocurrido es tan mágico. Yo decía si no he hecho nada, pero la respuesta ha sido tan brutal que dices 'madre, qué afortunada soy'".
La presentadora anunciaba que los viernes no iba a acudir, pues tiene que empezar poco a poco y, tras esto, recibía unas bonitas palabras de Alessandro Lequio: "Son momentos en los que una mirada dice más que otra cosa. Yo, personalmente, necesitaba que volvieras porque me das mucha fuerza y seguridad. Sé que mi obsesión durante este tiempo ha sido 'cómo se ha reducido' y cuando me lo decías era una fiesta para mí. Así que, como decíamos ayer, estoy feliz".
También ha contado que Beatriz Cortázar y Paloma García Pelayo la iban a ver una vez al mes y ha contado cómo se ha preparado para todos los problemas de la quimio: "Es un proceso duro, en el mejor de los casos, también es verdad que me he preparado mucho. Caminaba todos los días, preparando un poco lo que podía venir. No hay que quedarse sentada en un sillón sin saber qué va a pasar. Yo estoy aquí y estoy bien y he decidido retomar mi vida, mi rutina, pero es verdad que esta es una enfermedad muy complicada. Hasta ahora las revisiones van bien. Hay que estar preparado, hay que hacer caso a los médicos".