La por aquel entonces titulada 'Déjate llevar' fue el tema de conversación de una gran número de personas (traducidos en cientos de usuarios de Twitter) por una polémica que pedía directamente la cabeza de Leticia Dolera : como directora había decidido prescindir de una actriz (Aina Clotet) que había anunciado su embarazo nada más comenzar la producción de la serie en la que, precisamente, daría vida a una mujer que tomaba anticonceptivos para no quedarse embarazada (Cristina en la pequeña pantalla). Ahora titulada ' Vida perfecta ', la serie se ha ganado a la crítica y está en proceso de hacerlo con los cientos de espectadores (tras estrenarse en Movistar+ el viernes 18 de octubre ) que podrán comprobar, esta vez en imagen, los motivos que en su día Leticia Dolera intentó explicar a través de sus redes sociales.
Pero de todo lo que trae esta serie (además de varios premios de reconocimiento nacional e internacional bajo el brazo), lo ahora mencionado será lo de menos. O no será nada, mejor dicho. Dolera (con la ayuda de Manuel Burque a la pluma) consigue un guion capaz de interpelar a todos los espectadores y a sus problemas sin distinción de sexo, edad, clase social. Porque esta producción podrá tener una cuota mayormente femenina en su equipo y estar protagonizado por tres mujeres (algo que hay que loar) pero está escrita para todo el mundo.
Todos los que integrantes de la generación millenial se han preguntado alguna vez qué es lo que están haciendo mal para no haber conseguido convertirse en eso que se anhelaba durante la adolescencia; o qué es lo que está pasando para que lo que se ha conseguido en la vida no nos haga felices. Esto mismo es lo que les pasa a María, Esther, Cristina y Gari, quienes van a ser un espejo en el que mirarse, una cartarsis que durante 8 capítulos de apenas media hora hace que el espectador vea que lo que le pasa no es tan raro y, en el mejor de los casos, conseguirá restarles importancia.
Acaba con el tabú de la diversidad intelectual
Y más allá de los problemas que posiblemente todo el mundo tenga, haya tenido o tendrá en el algún momento, Dolera muestra una realidad posiblemente ajena a muchos espectadores: la diversidad intelectual. El personaje de Gari (con la interpretación magistral de Enric Auquer) acaba con los mitos que se tienen sobre las personas con esta o cualquier otra disfuncionalidad. Su forma de ver la vida e incluso la valías que les hacen ser autosuficientes y mucho más independientes de lo que se pueda creer son otro de los golpes de realidad que da 'Vida perfecta'. Además, unos valores y una forma de pensar que servirá como aprendizaje al comprobar que las personas con deficiencias intelectuales son los que menos deficiencia emocional tienen.