Todo ha empezado con una broma por parte del presentador, que ha querido 'meterse con él' asegurando que, de seguir así, hablando tan poco tiempo, le quirará el puesto a su compañera Chelo García Cortés, algo que le había transmitido la propia colaboradora a través de un mensaje: "No voy a permitir que nadie me robe el silencio en el programa". Un comentario que no le ha hecho ni pizca de gracia y que le ha llevado a reaccionar muy enfadado, explicando que no se siente bien desde que participó en 'La última cena': "Yo vengo lo doy todo, no paro, doy mi vida", comenzaba diciendo antes de venirse abajo.
"Me pasa algo desde 'La última cena', lo que pasé lo llevo dentro y nadie me ha llamado para ver cómo estoy. Me he pasado una semana pensando en que eres una mierda". El colaborador ha asegurado que durante aquel programa se sintió "como una mierda", considerando que nadie reparaba en él porque todo el mundo estaba pendiente únicamente de su compañera de cocinado y nadie se fijaba en lo que hacía o dejaba de hacer él: "Yo estaba dándolo todo y todo era alrededor de Terelu. Cuando me veo es cuando pego el golpe en la mesa y digo ya basta. Y lo del horno fue una broma a ver si se me prestaba un poco de atención, estaba por estar. Salí llorando".
Víctor Sandoval: "Me sentí como una mierda"
No obstante, detrás de todo ello está la terrible situación personal por la que está atravesando el colaborador en los últimos meses. En tres meses ha tenido que despedirse de sus padres, algo que todavía le queda mucho para poder superar: "Cambio de casa, vengo aquí y se me mueren los padres. Quién me dice que me iba a quedar sin padres en tres meses. Estoy tomando pastillas para relajarme. Caigo en una tristeza que no es normal", contaba. Además, al ser preguntado por Kiko Hernández, ha reconocido y deseado que sea algo transitorio porque la cosa puede acabar muy mal: "Si sigo con este nivel acabaré con una depresión fortísima, no puedo seguir así, pero se supone que se llama duelo como me ha dicho el médico".