El feliz matrimonio pasa su día a día en un precioso chalet de tres plantas equipado con todo lujo de detalles, como un huerto en el que Caparrós ha hecho gala de su faceta más ecológica y agraria. Pero no es el agujero de la capa de ozono lo único que preocupa a este polifacético presentador, sino que también invierte unas cuantas horas del día en cuidar de su propia imagen en el gimnasio de su casa. Que ninguno de los comensales de esta entrega se atreva a meterse con la cena del emblemático televisivo, porque teniendo en cuenta los golpes que da a los sacos de boxeo, de seguro que un buen revés del madrileño puede dejar KO durante una buena temporada a quien cuestione sus habilidades culinarias.
Lo cierto es que Caparrós se mueve como un auténtico chef profesional en su cocina, provista de todos los electrodomésticos necesarios para preparar unas recetas deliciosas, tan ricas que ni su perro pudo resistirse a probar un poco del pulpo que estaba cocinando. Los invitados se sentaron alrededor de la mesa del salón para hacer la cata, y terminaron tomando unas copas en el sofá tipo cheslong. El cómodo sillón terminó siendo la perdición de Amargo, que no pudo resistirse a echar una cabezadita a mitad de la velada, ¡como si estuviera en su casa!
Oriana Marzoli y Carmen Alcayde todavía tienen que cocinar
Una de las novedades de esta vertiente de 'Ven a cenar conmigo' es que, en lugar de 4, son 5 los concursantes que lo darán todo por impresionar a las papilas gustativas de sus invitados para poder hacerse con el ansiado premio de 3.000 euros. De este modo, todavía queda por ver con que menús deleitarán Oriana Marzoli y Carmen Alcayde a sus comensales antes de que pueda decidirse qué participante se alzará como ganador de este divertido talent show.