Así, el patriarca del de clan se dejó caer por el plató de 'Sálvame' para ejercer su función de defensor del espectador, pero, como era de esperar, terminó comentando el paso de Diego Matamoros por la máquina de la verdad y desmintió tajantemente todo lo que dijo. "Es todo un disparate, es una mentira detrás de otra. Todo lo que he escuchado de la boca de este individuo es mentira, absolutamente falso. Dice que he tenido relaciones con más de 30, ¿pero eso dónde se ha visto?", apuntó riéndose, para después añadir: "Será lo que cree el anormal este", refiriéndose a su hijo.
Del mismo modo, el tertuliano negó que la mujer que motivó su separación con Makoke fuera más joven que su hija, Laura Matamoros, o que le hubiera "puesto un piso y un trabajo" en Madrid para estar más cerca de ella. "No solo les compro casas a las muchachas, sino a sus madres, a sus hermanas y a sus primas. Claro, ya me estoy volviendo loco porque tengo una avalancha tremenda de peticiones de chicas", bromeó irónico. El colaborador se mostró más relajado y sereno que de costumbre, hablando en un tono pausado y argumentando su causa, pero, como bien se dice, la procesión se lleva por dentro y era evidente que el cabreo que tenía encima era tan monumental que se planteó tomar medidas extremas.
Quiere ver a su hijo en prisión
No hay reconciliación posible
Con todo lo que ha tenido que escuchar, a Kiko Matamoros solo se le vienen a la cabeza una serie de calificativos para referirse a su hijo que lo dejan a la altura del mismísimo Jack el destripador. "Es un monstruo. Creo que no está bien de la cabeza, creo que es un psicópata. Yo veo que disfruta haciendo daño, que obtiene satisfacción de dañar a quien, posiblemente, más le ha querido en su vida y le va a querer, ya no, evidentemente, porque me lo pone imposible, y lo que hizo el sábado no tiene calificación", señaló un afectado tertuliano, dejando así caer que ya siente ningún tipo de afecto hacia su primogénito.
De hecho, "viendo todo esto", Matamoros pone en duda que su hijo lo haya querido alguna vez en su vida y se pregunta cómo "puede ser tan inmoral, tan desleal". Respondiéndose a sí mismo, el tertuliano encuentra la causa de todo este odio en la necesidad de recaudar dinero y ve "un componente de venganza" en todos sus argumentos: "Él quería entrar en 'Gran Hermano', al entrar Makoke sabe que no tiene sitio". Sea como sea, el cisma padre e hijo es cada vez más grande y, de momento, no hay atisbo de perdón por ninguna de las partes.