La primera con la que se enzarzó en una discusión fue con su amiga Laura: "A mi, menos que nadie, me gusta estar ahí mirando una hora y media una puta pantalla, pero cuando estoy ahí dentro con ella le digo que se deje los bailes para su puñetera casa, no cojo salgo y vengo aquí a quejarme", decía enfadada Miriam. Laura le respondía que ella no iba a ser la madre de nadie, pero su compañera rápidamente le contestaba: "Entonces te pones al nivel de los niños".
Con Carlos la bronca crece
Con Carlos la cosa fue a mayores: "Igual tu también has tenido un puto respiro para venir bien motivada, pero yo ya estoy quemadísimo de perder pruebas", comentaba el cocinero. "En las pruebas lo doy todo", decía Miriam y el carácter de Carlos salió disparado: "Pues yo no lo doy todo mirando un panel y será mejor que te acostumbres ya, me cago en la puta y si perdemos más pruebas aguantaré tu cara de moco, me da igual". "Pides que se te deje hablar pero tú tienes que ser la protagonista", continuaba el cocinero. Finalmente él le mandó a tomar por culo y ella le llamó gilipollas, por lo que el cruce de acusaciones fue muy generoso.