La cantante no ha dejado indiferente a nadie, y menos a Pablo Motos, que ha mostrado su asombro durante su visita a su programa.
Leticia Sabater ha sorprendido al convertirse en invitada de 'El Hormiguero', y con su visita no ha dejado a nadie indiferente, ni al mismísimo Pablo Motos, quien seguro que no olvida esta peculiar entrevista en la que las risas desde el principio han estado aseguradas. El motivo por el que ha acudido al programa ha sido para promocionar su gira de conciertos, pero también ha hablado de su carrera y de otros aspectos de su vida.
Nada más llegar al plató se ha abalanzado hacia Pablo Motos, dejándole perplejo, y ha sido una vez se han sentado cuando ella le ha regalado una gorra de policía firmada. "Este no es el único regalo", avisaba Leticia Sabater, quien no ha dudado en subirse encima de la mesa para dedicar una canción al televisivo, un momento en el que se ha mascado en cierto modo la tensión, porque Pablo Motos no sabía dónde meterse con la emoción desmedida de su invitada. Pablo Motos no ha dudado en darle un toque de atención, diciéndole: "Leticia, que la mesa no aguanta". Y tras esto ha seguido diciéndole: "Yo creo que hay que cambiar la mesa ya. La mesa tiene el mínimo espacio para que quepan debajo las hormigas", explicaba, intentando calmar sus ánimos y procurando que no se cayera en medio de su show.
Pese a que es evidente que desprende un buen rollo increíble, Leticia Sabater no ha dudado en hablar de los momentos más delicados de su vida, diciendo: "Yo, cuando nací, lo primero que pasó es que mi abuelo dijo: 'Esta niña no tiene solución'. Era tremendamente fea. Yo era la fea en el colegio, donde me hacían bullying. La que le pasaba todo y de ahí vino ese afán por superarme en todo lo que hiciera y que hubiera alguien que me admirara, porque en ese momento mi familia no estaba orgullosa de mí", ha contado, dejando al descubierto su lado más sensible. Dándolo todo
Es evidente que ha sabido reinventarse con el paso de los años, porque poco queda de aquella presentadora infantil de los 90. Lo que está claro es que a sus casi 60 años está más ágil que nunca, con una energía increíble que es derrochada de manera desmedida en sus numerosas actuaciones a lo largo del año, pero sobre todo durante la época estival.