Una semana después de la mesa de las tentaciones, una de las pruebas más esperadas de 'Supervivientes', algunos de los concursantes ya están recibiendo sus recompensas o castigos. Algunos de ellos, como fue el caso del italiano Gianmarco Onestini, prefirieron no recibir premio y así no tener que hacer ninguna penitencia. Sin embargo, hubo otros que optaron por arriesgarse y obtener, por ejemplo, comida o, incluso, la llamada de algún familiar.
Melyssa tenía que decidir cuántos centímetros de su larga melena se cortaría para conseguir una hogaza de pan, un tarro de crema de cacao y una llamada de su hermana, aunque gracias a su madre Nela, que se sacrificó cortándose también el pelo, no tuvo que cortarse demasiado. Olga Moreno también renunciaba a la mitad de su melena por otro bote de crema de cacao y pan que ha terminado saliéndole caro. Alejandro Albalá eligió un pollo y patatas fritas a cambio de quedarse sin nominar en lo que queda del concurso, Lara Sajén se puso una bola de presidiaria en el pie a cambio de dulce de leche, Lola acabó con los ojos vendados y Tom Brusse debería vestir durante una semana entera únicamente con un taparrabos a cambio de poder llamar a Sandra Pica y comerse un gran sándwich.
Siete días más tarde, Tom marcaba el número de Sandra, quien, con intención de acabar con las críticas, aprovechó la llamada para aclarar en qué punto estaba su relación y anunciar que está rehaciendo su vida. "Estoy con mi familia, me he vuelvo para acá. Ahora estoy más tranquila, pero después de todo lo que han dicho tus compañeros sobre mí he estado bastante mal y agobiada. La última vez que estuve contigo no fui clara al despedirme. Te dije que tenía miedo que al volver a Madrid me pasara lo mismo y me pasó. Estoy haciendo mi vida, no tengo pareja ni nada, pero tienes que saber que hay cosas que tengo que contarte. Te lo digo porque sé que te vas a enterar, pero cuando vengas voy a estar en casa y te lo voy a contar todo. Tienes que seguir igual porque has ido a ganar", expresaba Sandra ante un Tom dolido, que no daba crédito a las palabras de su ya exnovia.
"Te voy a ser clara. No te voy a mentir. Hasta que fui a Honduras te respeté, pero cuando volví no fue igual. Conocí a alguien, no tengo pareja y he vuelto a casa de mi madre", ha relatado ella cuando de repente el superviviente se ha empezado a reír. "¿Te hace gracia? Sí, he conocido a alguien al igual que tú hacías cuando estabas conmigo. Vamos a ser claros entonces. Yo al menos ya no estaba contigo porque te había pedido un tiempo", así fue cómo Sandra desvelaba que Tom le habría sido infiel durante su relación.
El programa quiso regalarle un momento feliz tras tanto dolor
Sin embargo, tras esa demoledora, Carlos Sobera pedía al concursante que no abandonara la cabina telefónica. Sin tiempo a darse la vuelta y roto de dolor, el concursante era sorprendido por su hermana Candice, a quien abrazaba con todas sus fuerzas mientras su llanto se intensificaba. "Esto no puede ser, esto no es real, ella es todo para mí, es el ángel de la casa, es mi vida, es mi orgullo. Tengo a mi padre y a mi hermana, y a toda mi familia, pero mi hermana ha sufrido mucho en su vida y la quiero tanto", decía con la voz quebrada.
Una visita que, antes de Tom, ha tenido el lujo de disfrutar Melyssa. Muy intrigada, la superviviente se acercaba a la barca que se encontraba en la orilla del mar y levantaba la manta que cubría a la hermana de su exnovio. " Madre mía me va a dar algo. ¡Qué felicidad! Mira lo que me han hecho en el pelo Candice. ¿Estoy guapa? Estoy temblando", saludaba divertida a su excuñada. "Tom lleva todo el concurso hablándome de ellos. Sobre todo de su padre y de su hermana, no se lo va a creer", aseguraba.