Pese a que ha sido complicado, sí ve posible que su novio haya cambiado, por eso ha dicho: "Íñigo ha visto que hay cosas en su vida que había que depurar. Ha tenido un montón de gestos conmigo en este tiempo", y de esta manera ha dado a entender que ha podido recapacitar y dejar algunos hábitos del pasado a un lado.
Y como era de esperar, para Isabel Preysler fue toda una sorpresa ver que Onieva iba a su casa a buscarla en Nochebuena. "A mi hermana le entró un ataque de risa. Mi madre estaba durmiendo", ha contado con humor. Tras la misa pudieron hablar para aclarar todo: "Nos quedamos hablando e intercambiamos muchas cosas que a mí me habían hecho daño, que a él le habían hecho daño. Le di mi teléfono y nos empezamos a mensajear", ha seguido diciendo.
Pese a dejar un poco a un lado el rencor, eso no significaba que se hubiesen reconciliado, algo que llegó más tarde. Para ella fue muy importante un comentario de su madre con su hermana Chábeli: "Mi madre hizo un comentario sobre tío Julio y yo pensé: '¿y si nunca se han dado otra oportunidad?' y me dio qué pensar y me dio mucha pena".
"He visto la posibilidad de cambio"
Para ella ha sido complicado, y más después de que su madre le dijera a modo de advertencia que la gente no cambia, por lo que cree que Onieva volverá a traicionarla a través de una infidelidad, pero Falcó no cree que sea así: "Yo creo que sí se puede cambiar porque yo he cambiado". Fue el 31 de diciembre cuando le envió el mensaje que hizo que Íñigo Onieva cogiese la moto y fuese a su casa, momento en el que se reconciliaron. "He visto la posibilidad de cambio. Me lo quiere demostrar y allá voy", remata Tamara ilusionada.