Lo que Tamara Falcó ha decidido sin opción a debate
Lo que no tienen son peleas por tomar decisiones, algo que puede llegar a ser muy habitual en una pareja que se va a casar. Eso sí, a pesar de la armonía que reina entre ellas, a la Marquesa de Griñón le gustaría no estar tan de acuerdo en todo con el empresario: "Reconozco que coincidimos bastante, pero me fastidia".
Hay sin embargo dos asuntos en los que Íñigo Onieva no ha tenido nada que decir. El primero, el vestido de novia. Esta tiene que ser una decisión de la novia. De hecho se dice que el novio no debe ver el traje hasta que se encuentren ante el altar. Pero en ese sentido, Tamara Falcó ha contado entre risas que "no ha decidido mi vestido porque no lo ha visto".
En otro asunto es lo concerniente a la persona que les va a convertir en marido y mujer. Tamara Falcó es profundamente religiosa, mientras que Íñigo Onieva no lo es tanto aunque se haya acercado a la fe tras su reconciliación. Por ello, la aristócrata impuso que fuera el padre Cruz quien celebre la ceremonia al ser en quien más confía. Y por supuesto Íñigo Onieva ha aceptado.