La socialité ha vuelto a colaborar en 'El Hormiguero' después de unas semanas muy duras entre los fogones.
Tamara Falcó no puede estar más feliz después de haber obtenido el Certificat de Cuisine Intermédiaire de Le Cordon Bleu, una de las escuelas más prestigiosas de todo el mundo. Ahora que ya está más libre ha podido volver a colaborar en 'El Hormiguero' con toda la ilusión del mundo, y ha sido en este espacio donde ha contado cómo ha vivido este pasó más en su carrera hacia convertirse en chef profesional.
"¿Te acuerdas que te dije que temía que me tocara el conejo? Pues mira al final, quizá era intuición", ha contado a Pablo Motos, aunque el presentador le ha dicho entre bromas que quizás le haya tocado porque los examinadores también ven el programa y ella había hecho saber que no se le daba muy bien. Pese a que está contenta con dicho logro, también piensa que podría haberlo logrado mucho mejor, por eso ha dicho: "Creo que me podría haber salido mejor. De nota me pusieron un bien, pero de media me ha quedado un notable". Y la Marquesa de Griñón ha contado cómo ha vivido todo este proceso: "No es que me hubiera obsesionado, pero es que es muy difícil. Estábamos todos igual, preguntándonos a qué temperatura, a cuánto estaba, cuántas bridas... Primero lo deshuesamos y luego atamos, para que no se escapara".
Por otro lado, uno de los 'secretos' que ha revelado es que el examen en anónimo, por lo que los examinadores no pueden saber de quién es cada elaboración: "Le ponemos un número y van viendo. Por tema Covid nos dijeron que no sabían si probarían todos los platos, pero no sabemos muy bien lo que pasó. Solo que estaban los tres chef en la otra sala. Podría ser que la presentación fuera genial, que no lo probaran y sacar buena nota. Pero no lo sabemos. Según las personas que nos dan las charlas, los cocineros ya saben si el punto de cocción está perfecto sin ni siquiera probarlo".Entregada por completo
Tan centrada ha estado en sus estudios que ha descuidado un poco a su familia, sobre todo a su madre, por eso ha dicho: "Ella me estaba intentando hablar y yo solo podía concentrarme en los tres platos del examen. Le dije que no podía estar muy atenta y le mandé un vídeo mientras estaba practicando. Entonces, justo la noche antes de la prueba, estaba repasando mis notas y vino a tumbarse a mi lado para saber cómo lo llevaba. Me dijo que lo que le había enviado no tenía muy buena pinta. Y yo pensé '¿cuál era el vídeo, el de la plastilina?', y es que había estado practicando con esta masa cómo hay que colocar el plato, porque no es nada sencillo. Lo morado era el conejo, es que no había plastilina marrón".