El matrimonio de Tamara Falcó e Íñigo Onieva lleva semanas en el punto de mira y algunas personas de su círculo cercano habrían asegurado que entre ellos existe una crisis. Ha sido Pablo Motos en la tertulia de 'El Hormiguero', cuando ha hecho alusión a este asunto, diciendo a su colaboradora: "He leído que estáis en crisis". La Marquesa de Griñón ha querido zanjar los rumores, haciendo hincapié en que tiene que lidiar con los paparazzi y los reporteros día sí y día también en la puerta de su casa.
"Dicen noticias de mentira de mí continuamente. Hay gente que se cree con derecho para mirar desde la calle con prismáticos. He tenido prensa en la calle todo este tiempo. Te miran desde la calle con prismáticos, que es algo que debería de estar prohibido. Pero, claro, a ver cómo lo pruebo", ha dicho, diciendo que al final es algo que no puede evitar.
"¿Me voy a meter una denuncia que tarda 15 años y mientras tanto yo me desgasto? Pues no. Intento que esto no me agobie ", ha añadido, así que se intenta adaptar como buenamente puede. Pero lo que no ha hecho ha sido profundizar en esos rumores, sin dejar claro si es cierto o no.
"Lo que me parece fundamental es que me he mudado un sitio en el que entro con mi coche directamente. Tengo gimnasio dentro de mi edificio y voy a casa de mi madre con mi coche. Estoy supertranquila", ha insistido, por lo que dentro de lo que cabe, siente que puede seguir disfrutando de cierta privacidad, pero a veces se le hace cuesta arriba. "Me parece algo significativo. Estás a gusto, pero te estás escondiendo", le espetaba su compañero Juan del Val, y ella contestaba: "Me estoy protegiendo".
Quiere tranquilidad en su vida
"Puedo salir a dar un paseo, pero me resulta muy complicado. Tengo la suerte de ir a unos sitios donde estoy protegida y no tengo un periodista que me está lanzando preguntas sobre mi familia, mi marido... para ver si finalmente reacciono", ha dicho, haciendo alusión a que ella divide a los medios en varios grupos, separando a los paparazzi y a los reporteros, porque los primeros al menos hacen fotos a lo lejos y a veces no se da cuenta, pero los reporteros la persiguen por la calle con la alcachofa del micrófono. "Es como me lo explicó Pablo. Venimos aquí, trabajamos, pero después tenemos una vida y queremos estar tranquilos. Al camarero, cuando termina su horario, nadie le pide una ración de calamares", ha comentado Tamara Falcó sobre cómo se siente siendo un personaje público.