El primer peldaño que Melyssa debía recorrer era el de la 'culpa'. Ahí fue donde desveló los pormenores del infierno que vivió con quince años. "Empecé a tener problemas con la alimentación, a obsesionarme con mi físico y perder peso. Nunca lo he contado libremente porque tengo miedo de cómo se lo tome la gente. Cuando una persona está así, no está bien de la cabeza y debemos ponernos en manos de profesionales", añadía como alegato para ayudar a otras personas que hayan pasado o estén pasando por su misma situación.
"Acabé obsesionándome con las calorías. Empecé a perder mucho peso, la situación en casa se hacía muy difícil", explicaba y, refiriéndose a su hermana pequeña Lorena, la superviviente continuaba su mensaje. "Siento que, de alguna manera, la he hecho obsesionarse con el físico. Es más fuerte y, por eso, gracias a Dios, no ha caído". Melyssa continuaba diciendo que a día de hoy se encontraba mucho mejor anímicamente, pero se sentía culpable por el sufrimiento de su familia, a la que ha demostrado que quiere con locura.
"Ahora me quiero más y me siento más fuerte"
"Ahora que me siento nueva, que me quiero más y me siento más fuerte, voy a intentar hacer la vida más fácil a quien me rodea", prometía la superviviente segundos antes de lanzar un mensaje generalizado. "A todas esas chicas que pasen por problemas de alimentación. De todo se sale, pedid ayuda. En casa tenéis apoyo. Que nadie se obsesione con estas cosas, que todos somos bellos por dentro y por fuera", concluía Melyssa, ganándose el corazón del público y de la propia presentadora, que le dio un fuerte abrazo. "Desde esa plenitud te voy a dar un abrazo enorme porque eres un orgullo como mujer. Un mensaje importantísimo", le agradecía.