Si bien la expareja comenzó el programa tirándose los trastos a la cabeza, ya en la isla la situación se ha calmado y se han dado una nueva oportunidad.
Si por algo que se caracterizaba el casting de esta edición de 'Supervivientes 2021' era por estar formado por parejas malavenidas que se reencontrarían en el concurso presuponiéndose ya ciertos conflictos entre ellos. Y varias de ellas no decepcionaron: Marta López y Alexia Rivas ya tuvieron un tenso cara a cara; y Tom Brusse y Melyssa Pinto acabaron tirándose los trastos a la cabeza ya en la preconvivencia. Pero parece que, en el caso de esta última, la dureza de vivir en una isla desierta ha hecho que sus sentimientos -al igual que sus estómagos- se ablanden.En su primera y sonada bronca la diseñadora aseguraba muy enfada que "se acabó el buen rollo" y que el marroquí tenía mucha suerte de "tener esta exnovia" ya que, si ella "soltara todo por mi boca fliparías" ya que "como yo diga lo que tú dices por detrás entonces vas a tener muchos problemas". Una actitud que no le gustó nada al que había sido su novio, quien le reprochaba que estaba siendo "mala" con él y con su pareja, Sandra Pica, a quienes -según él- había insultado.
Un fuerte bronca que acabó con casi todos sus compañeros de concurso implicados y que ahora simplemente parece haber quedado para las páginas de su historia como aquella vez en 'La isla de las tentaciones' en la que Melyssa Pinto se fue de una villa a la otra al grito de "Tom Brusse eres un sinvergüenza".
"Nos llevamos bien, hablamos, nos ayudamos"
Ya en la isla -ya que ambos son concursantes de pleno derecho-, las vicisitudes propias del lugar han hecho que ambos se hayan unido de nuevo aprovechando la arena de la playa para enterrar el hacha de guerra. Fue Jordi González quien quiso saber cómo era para Tom el volver a despertarse por las mañanas a lado de la que había sido su pareja. Una pregunta que tuvo una respuesta poco esperada por muchos: "La verdad bien", aseguró: "Nos llevamos bien, hablamos, nos ayudamos... Súper bien". Este no dudó en reconocer que al comienzo de la convivencia "estábamos un poco tensos", pero ya todo se había suavizado.
Por su parte, Melyssa también reconoció estar "cómoda" con su exnovio en el grupo, algo que no le preocupaba tanto como el hecho de solo poder pescado crudo ante la dificultad que están teniendo para conseguir hacer fuego: "Lo único que me ha entrado un poco el bajón porque lo paso fatal al no comer y en cuatro días ya he notado el día", asegurando que esto hace que su humo sea muy cambiante a lo largo e las horas: "Ahora estoy arriba, luego estoy abajo...".