Y este momento tan importante sería el momento en el que, por fin, una de las concursantes podría ver con sus propios ojos algo que llevaba soñando desde hace mucho tiempo y que se hizo realidad durante su estancia en la isla. Elena volvía a España sabiendo que sus dos hijos, Adara y Aitor Molinero, habían por fin dejado sus diferencias a un lado y volvían de nuevo a ser dos hermanos muy unidos.
Nada más levantar la cortina que cubría el cristal de seguridad, la supervivientes se encontraba con Adara, su hija más mediática y quien la defendió en plató gala tras gala. Esta traía consigo un enorme ramo de flores blancas que venía en nombre de Pedro, pareja de Elena, y una nota que tenía que leer para ella misma y no compartirla con el público.
El abrazo de sus hijos
Adara, de nuevo soltera
Pero a Elena todavía le quedaba una cosa por saber sobre lo que había ocurrido durante estos tres meses: la ruptura de Adara y Gianmarco. "Pregúntale a tu hija por su estado civil", insistía Jorge Javier Vázquez. "Soltera, hija, soltera", respondía entre risas la propia Adara. "Está el mundo lleno de hombres maravillosos", intentaba animarla su madre. "Me cuenta creerlo, pero... Lo dudo ya".
"¿Te gustaría que Adara volviera con Hugo?", le preguntaba el presentador después de tres meses conviviendo juntos en Honduras. "No, pero ella siempre hace lo que le da la gana. El Hugo que conocí allí tiene una forma de ser muy diferente a como ella es. No digo que sea mejor o peor, pero a mí personalmente creo que necesita otro tipo de persona", explicaba. Ante estas dudas, Adara no dudó en reconocer que nada de eso iba a ocurrir.