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El miércoles 20 de marzo debería de haber sido para todos los concursantes de la casa de 'GH Dúo' un día memorable y que les llenara de fuerza y alegría, pero para la concursante de realities Sofía Suescun resultó ser de todo menos un día feliz y tranquilo. Mientras cada uno de los concursantes acudía por separado a su esperado reencuentro con sus familiares, Sofía esperaba con ganas el momento de entrar a la sala de expulsión que había sido decorada para la ocasión, en la cual la esperaba su madre para darle varios mensajes y opiniones que ella tenía acerca de su relación con Alejandro Albalá.
La pamplonesa no reaccionaba ante las alarmantes y duras palabras de su madre, que continuamente la recalcaba que había entrado sola al reality y así es como debería de salir. La aconsejaba, con formas cuestionables teniendo en cuenta que se encuentran encerrados y con escaso apoyo, que se alejara de Alejandro y que no le permitiese que se victimizase a su costa. Todas esas palabras, que no contenían el menor gesto de amor y de ánimo de cara a la recta final, llegaron a Sofía Suescun de la peor forma.
Su cuerpo somatizó toda la presión y tristeza a través de un ataque de ansiedad, que incluso la imposibilitó tener una conversación con Marta, la hermana de Alejandro Albalá, que también había acudido al programa con la misma intención. A diferencia de Maite, la hermana de Albalá fue algo más cariñosa, aunque mantuviera la misma opinión de aconsejar que la pareja de su hermano y Sofía no continuase. Sofía le decía: "Perdóname, es que estoy muy mareada" mientras se tumbaba, ya que no podía incorporarse ni para hablar con Jordi.
Una relación madre e hija demasiado intensa
Desde que participaron juntas en 'Gran Hermano 16' se ha cuestionado la relación tan inusual que ambas mantienen y que ellas mismas han declarado en más de una ocasión de que es algo especial. Mila Ximénez recordaba los rumores de que Maite en ocasiones ligaba con los novios de Sofía e incluso declara que la única intención de Galdeano es lucrase a costa de su hija. Al menos, Jordi González intentó calmar a Suescun, negando que lo que se estaba viendo fuera tan malo como la había podido transmitir su madre: "Maite exagera un huevo".