El pasado 24 de noviembre fue una noche muy especial en la casa de 'Gran Hermano 17'. Y es que durante la duodécima gala del concurso tuvo lugar la tradicional visita de los familiares. Los siete concursantes comenzaron la noche en la sala de expulsiones y, uno a uno, fueron recibiendo la esperada sorpresa, a excepción de Rodrigo y Bea que vivieron la experiencia juntos. La pareja pudo saludar y conocer, respectivamente a Rosa y Yolanda, sus madres, así como también recibieron la visita de los amigos del madrileño y las amigas de la valenciana.
Después fue el turno de Alain, quien tras ver un vídeo de uno de sus hermanos, de su mejor amigo y de sus sobrinas, el francés se reencontró con otro hermano y otro amigo. El último en abandonar la sala de expulsión, dejando allí a las tres nominadas, fue Miguel, que se emocionó muchísimo al ver a su madre, a su tía y a su mejor amiga.
Tras los emotivos reencuentros de los concursantes con su familia y amigos, Simona, Adara y Meritxell pudieron conocer los porcentajes ciegos, que en ese momento se repartían en 52,8%, 25% y 22,5%. "Me piro yo, por eso nos lo han enseñado", afirmó Meritxell muy convencida nada más verlos. Sin embargo, no podía estar más alejada de la realidad. Muy igualada con la segunda, la concursante menos votada cuando pausaron las líneas telefónicas finalmente fue la catalana, que se libró de la expulsión dejándola en un duelo de dos entre Adara y Simona.
Adara se salva de la expulsión por sexta vez
Aunque el presentador no tenía tan claro que Simona fuese la candidata para salir, por las tres llamadas que separaron a Adara de la expulsión frente a Clara, el público finalmente se quedó con la madrileña por sexta vez. "La audiencia ha decidido que debe abandonar la casa... ¡Simona! ", anunció Jorge Javier Vázquez. Después, el Super le comunicó a la décima expulsada del programa que esa noche "es muy especial, han venido los familiares, parejas y amigos y tú te los vas a perder ".
Pero no era cierto, ya que su novio Ismael se reunió con ella en la sala de expulsión antes de que fuera a plató. Tras abandonar la sala de expulsión, la 'pantera de Cornellá' se reencontraría con su hermana y Laura, mientras que en plató todos los exconcursantes coincidían en que estaba claro que la expulsada sería la concursante reserva por haber sido la última en llegar. Por último, Adara recibió la visita de su madre, de su tía Pilu y de su querido Pol.