Uno de los secretos que más sorprendió fue el de Berta. "Me enganché a comer estropajos". No fue por gusto, sino como solución, poco convencional, a su acidez durante el embarazo. "Un día de la rabia, fregando arranqué un trozo de estropajo y a pesar de los restos de lavavajillas, espumita y comida me calmó", explicó la barrendera. "Inhalar el lavavajillas también me calmaba. Me escondía para que nadie me viera porque me parecía un poco raro", terminó confesando Brenda.
Por otro lado, el secreto de Alberto estuvo relacionado con la muerte de su padre. "Fui una persona obesa y no salía de casa", reveló. Tras la muerte de su padre, el exconcursante cogió una depresión y no quería salir para nada de su casa. "Me centré en videojuegos, en comida que no era sana... y me di cuenta de que esa no era mi vida. A partir de ahí me centré en encontrar mi nuevo yo", explicó el barista.
El último secreto en ser revelado fue el de Elena, la exconcursante se vio envuelta en un problema económico y se vio en la obligación de estafar a unas amigas. "Estafé a mis amigas con marcas de lujo. Cuando estaba en Holanda mi pareja de entonces me robó todos mis ahorros", reveló. Además explicó cómo lo hizo: "Conseguí artículos de lujo a un precio muy bajo y se lo vendí a mis amigas a un precio superior, pero más bajo que en tienda".
La esfera de Brenda
Con la expulsión de Brenda, y tras salir sin que nadie descubriese su secreto, tenía la opción de dejar en herencia su esfera, la cual podría contener uno de los premios del concurso. En este caso, la exconcursante no se lo pensó mucho y se la dejó a Carlos, su mejor amigo dentro de la casa, el cual ya tiene dos esferas en su poder.