Ruth Lorenzo ha sido la primera persona que se ha estrenado contando su vida en el nuevo programa de Samanta Villar, 'Samanta y la vida de', y pese a que ya había algunos aspectos de su pasado por ejemplo en 'Chester', el espacio del mismo canal presentado por Risto Mejide, en esta ocasión lo ha hecho de una manera más especial y sincera, puesto que no ha sido en un plató, sino a través de distintas ubicaciones.
La cantante ha tenido una vida llena de altos y bajos, aunque mirando hacia atrás intenta hacer balance de manera positiva. Su infancia y su adolescencia fueron muy duras, tanto es así que ha dicho: "Fue una infancia muy removida, saber que mi padre no era mi padre biológico... eso te cambia, te das cuenta de que la vida no es lo que tú crees que es". Su madre ha sido la encargada de contar cómo nació Ruth Lorenzo, puesto que mantenía una relación con un hombre casado y con hijos cuando se quedó embarazada, entonces ese señor quiso librarse de ella dándole dinero para abortar, pero ella decidió seguir hacia adelante con el embarazo.
Por otro lado, la separación de sus padres fue muy complicada para ella: "Me sentía culpable de la separación de mis padres, quería arreglarlo todo para volver a estar así ", y fue en ese punto de su vida cuando comenzaron los trastornos alimenticios: "Estuve desde los 9 hasta los 15 sin que nadie se diese cuenta, yo tenía mis trucos, mis cosas, mis maneras", aunque hasta ese momento más o menos lo controló, luego las cosas se le fueron de las manos como ha narrado: " Llegué a autolesionarme. Esta es una parte de la que siempre me cuesta hablar porque me sigue dando vergüenza, aun estando ya superado. Cuando pensaba que había hecho algo mal, que había fracasado o que podía ser una decepción para mi madre, me clavaba agujas, tijeras...".
Pese a todas las circunstancias a las que se ha tenido que enfrentar, siempre ha tenido una vía de escape, que ha sido la música, por eso ha dicho que cuando se sentía más débil o triste se ponía a cantar.
Pasó por muchos apuros económicos
Su vida, marcada por un éxito ascendente, también ha tenido algunas sombras en medio de tanta luz. Mientras que en Londres era una artista conocida y la gente no paraba de pedirle autógrafos, tenía que lidiar con graves problemas económicos. "Es verdad que robé comida en Inglaterra, y también cogí yogures de los supuestamente caducados siendo ya muy famosa. Llegué a hacerme fotos con mis seguidores en el supermercado teniendo en el abrigo huevos que acababa de robar", ha dicho sobre su situación más precaria, y ha añadido: "Trabajaba y ganaba dinero, pero le daba el porcentaje a no sé quién, el alquiler, los gastos... pues pasa el mes y tienes 50 libras ".