Parece que entre Bea y Rodri, concursantes de 'Gran Hermano 17', no todo son besos y arrumacos. La pareja de chonijos (chonis y pijos) ha discutido acaloradamente nada más y nada menos que por la comida. Y es que Rodrigo y Alain, el otro maromo fitness de la casa, decidieron desayunar huevos, algo con lo que Bea no estuvo en absoluto de acuerdo. Nada más levantarse, la valenciana recriminó a sus compañeros que utilizaran dicho producto para mantener su dieta sana y no lo reservaran para las comidas de medio día. Rodri se sintió muy ofendido por las palabras de su novia, "te acabas de levantar y ya estás tocando los cojones, grita con la pared. Mucha gente come lo que le sale de los huevos, pues yo me como un huevo", decía él.
Sin embargo, Bea se mantuvo firme y aseguró que desde que Clara abandonó la casa cada uno hace lo que quiere sin tener en cuenta al resto del grupo. Las palabrotas volaron alrededor de la pareja y Rodri decidió marcharse de la cocina para no seguir escuchando las razones que Bea consideraba lógicas. La concursante se desahogó en el confesionario, donde dijo al Súper que sus compañeros estaban "tocando los huevos de buena mañana". Además, aseguró que después de no haber superado la última prueba era necesario que todos colaborasen más y se organizasen con la comida, un bien muy preciado en Guadalix de la Sierra. Por otro lado, Rodri se quejó con Miguel del mal humor con el que se despertaba su novia.
Adara quiso unirse a la discusión, posicionándose del lado de Bea, pues la madrileña también consideraba obvio que los huevos son un producto básico que hay que utilizar a la hora de la comida, y no durante el desayuno para completar una dieta especial. Esto derivó en un enfrentamiento entre la azafata y el francés en el que ella terminó diciendo: "eres un queda bien y un aburrido, no te mojas en nada. Vete a hacer la pelota a tu grupo".
La reconciliación
El enfado duró poco pues Bea acabó acercándose a su querido Rodri, eso sí, sin ceder en su convicción de que los huevos no se pueden utilizar para desayunar. Ante esto, el madrileño explicó que no entendía tanto revuelo cuando él nunca ha comido nada que fuera de otros o se ha saltado las reglas de la casa en cuanto a la comida se refiere. A pesar de sus diferentes opiniones, la pareja acabó entre piques con un tierno beso que supuso el punto y final a tan absurda discusión.