La mejor parada fue Rocío Flores, que algo pudo comer de la recompensa de Ana María Aldón, pero la joven se sentía que no era justo que sus compañeros fuesen excluidos de esa forma teniendo en cuenta la dimensión de las hamburguesas que les daría para comer varios días. Tras esto, la hija de Antonio David Flores no dudó reconocer que la mujer de Ortega Cano tenía cierta obsesión con la comida y su manía de intentar guardarla para luego comerla de forma compulsiva.
Albert Barranco y Jorge le dan la razón
Eso mismo ocurrió con el café del que disfrutaron de sus últimos días y que traía consigo una pequeña cantidad de azúcar. Otra obsesión que sorprendió a sus compañeros: "No quiero ser crítica, pero veo cosas que me chirrían", le reconocía la joven a sus compañeros: "Que no puedes echar más de media cucharilla de azúcar y luego te quieres tomar el bote para ir a la prueba".
Rocío Flores no ha dudo en cuestionar ciertas actitudes de su compañera de concurso y familia. Unas palabras que sus compañeros no dudaron en apoyar después de haberse quedado sin catar el manjar que se habían ganado sus compañeros a las puertas de la gran final.