Rocío Carrasco rompía su silencio después de muchos años con la emisión de los dos primeros capítulos de 'Rocío: Contar la verdad para estar viva'. Un documental que tiene como elemento de partida un episodio en la vida de su protagonista que le hace darse cuenta de que ha tocado fondo: un intento de suicidio. El hacerlo público, reconoce, tiene entre muchos motivos el ser ella quien lo cuenta: " Sé que se ha puesto en conocimiento de medios de comunicación (...) y que tarde o temprano, si no lo cuento yo, habrá otra persona que lo cuente, y creo que me pertenece a mí y solamente a mí contarlo ".
Por aquel entonces y sin que nadie no supiese hasta el momento que ella misma lo ha contado, Rocío Carrasco llevaba a tratamiento psiquiátrico y psicológico desde el año 2011 bajo un grave diagnóstico: " Síndrome ansioso depresivo moderado y grave cronificado en el tiempo ", explica: "Esto no lo digo yo, lo dicen varios profesionales y, entre ellos, el gabinete adscrito al tribunal de violencia sobre la mujer que emite un informe demoledor". Esto le había llevado a ser una persona prácticamente incapacitada para hacer nada: " Yo vengo de estar hundida durante mucho tiempo, de tener que hacer un ejercicio descomunal cada vez que salía a la calle, de no querer salir de mi casa, de no poder desarrollar mi vida normal como una persona normal, de no querer tener nada que ver con nada ni con nadie".
Síndrome ansioso depresivo moderado y grave cronificado en el tiempo
Fue entonces cuando, pocos días antes de que ese intento de quitarse la vida, le llega la noticia que la derrumba: " Ponen en mi conocimiento que mi hija va a ir a defender a su padre al plató de 'GH VIP' porque él entra en el programa ", confiesa: " Por mi cabeza empiezan a pasar todos los 20 años anteriores y todo lo que se me venía encima otra vez, pero ahora con un elemento mayor que era mi hija en un plató defendiendo a su padre".
Para ella el ver a su hija después de tanto tiempo (la última vez había sido un "27 de julio de 2012", lo recuerda ella perfectamente) y, además, defendiendo públicamente al hombre que la había arrastrado hasta el punto en el que ella se encontraba era algo que no se creía capaz de soportar. " No quería volver a sentir miedo, vergüenza, no quería seguir sintiéndome cuestionada por todo el mundo y no quería seguir viviendo en esas circunstancias ", y entonces decidió acabar con todo: " Ese día determino que no puedo, que yo ya había hecho todo lo posible por que todo eso cesase y que lo había puesto en manos de quien yo creía que debía ponerlo, que era en manos de la justicia. Una actitud y una serie de actuaciones que yo consideraba maltrato".
"Me tomé varias pastillas diferentes"
Para Rocío Carrasco la única forma de ponerle fin entonces era "quitándome de en medio". " Me tomé varias pastillas diferentes ", confiesa. Fue su marido, Fidel, quien se la encontró inconsciente en la cama cuando fue a despertarla. "Al hospital yo llegué prácticamente dormida (...) En Urgencias me preguntan y yo digo que no quiero seguir así, que yo en un primer momento digo que me da igual no haberlo en ese momento, que lo voy a conseguir y que siempre me quedaba el Puente de Segovia para tirarme ". Ante esta situación, la hija de Rocío Jurado pasa a estar ingresada en un hospital con pacientes en su misma situación.
Es entonces cuando se vuelve consciente de lo que había hecho y de lo que había amenazado con volver a hacer: " En ese momento no piensas en nada ni en nadie, lo único en lo que piensas es que no quieres volver a pasar por lo mismo. No quieres volver a ver el odio en tu hija; no quieres volver a sentirte mala madre; no quieres volver a sentir que has perdido las dos cosas más importantes de tu vida; y no quieres volverlo a ver en los medios de comunicación. Es una acción cobarde, egoísta y me avergüenzo, pero es la puta realidad ", confesaba ya entre lágrimas.
"Quiero paz, se sepa la verdad y se haga justicia"
Fue entonces cuando empezó una nueva pesadilla: que este hecho transcendiese a la prensa. Ya por aquel entonces abandonó el hospital sin recibir incluso el alta médica ( en el informe consta como 'alta por fuga' ) porque " me avisaron de que había alguien de prensa merodeando por el parking ". Las cosas fueron a peor cuando ese mismo informe llega a manos de Antonio David Flores: "Sé que ese informe a la hora de hacerse judicial llega a manos de la otra parte. Cuando eso ocurre, esa persona ya está dentro de la casa de 'GH VIP', pero coincide con cuando Rocío entra a visitarlo y le dice: 'No te preocupes, está todo mejor que lo dejaste' ".
Unas demoler adoras palabras en boca de su propia hija que, para ella, son el peor de los daños: "Eso para alguien que no sepa la historia puede resultar algo normal, para mí no". Las cosas no mejoran cuando, tras terminar 'GH VIP', su exmarido pone ese informe en conocimiento de varios medios de comunicación para que se haga público: " Sé que con posterioridad a ese programa de televisión que por parte del padre se ofrece ese informe mío a dos revistas de este país con un mensaje de: 'Mira lo que se ha inventado ahora' ". Y fue entonces cuando decidió que no podía seguir callada: "Ya había tocado fondo y que nada ni nadie se merecía el gusto de quitarme de en medio".
"Por parte del padre ese informe se ofrece a dos revistas"
"Aquí no hay tú verdad y mi verdad, aquí solo hay una verdad", dice a la hora de explicar qué quiere conseguir ella con todo esto: " Quiero paz, quiero que se sepa la verdad y se haga justicia (...) Quiero que se me deje de juzgar, que se deje de hacer daño, quiero vivir con lo que me queda porque lo otro ya no lo tengo ni lo voy a tener ". Ni siquiera espera recuperar a sus hijos: "A mí nadie me devuelve besos, abrazos, todo lo que yo he perdido (...) Se me ha arrancado la posibilidad de hacer mis cosas en mi y se me ha quitado lo más importante que tiene una madre en su vida que son sus hijos".
Tampoco espera, asegura, que Rocío Flores, su hija, cambie de parecer sobre una historia que ella no conocía al igual que tampoco lo hacía nadie que no fuese de su entorno. Sabe que, en el momento en el que sea consciente, su vida dará un giro de 180 grados: "Prefiero que mis hijos sigan creyendo la versión que tienen porque, el día que mi hija se de cuenta de todo lo que ha pasado y de lo que ella ha formado parte y de quién es su padre realmente, va a ser el peor día de su vida y no me gustaría que sufriera ".