El pasado miércoles 21 de abril Rocío Carrasco aparecía un plató de Telecinco 5 años después de hacerlo por última vez. En esta ocasión, en plena emisión de su serie documental 'Roció: Contar la verdad para seguir viva' en el que relata de viva como sufrió presuntos malos tratos de manos del padre de sus hijos, Antonio David Flores.
La finalidad de esta entrevista no era otra que responder a las dudas que han ido surgiendo a lo largo de los 7 episodios emitidos a través de las preguntas formuladas por 28 persona diferentes entre las que se encontraba periodistas, colaboradores de programas de la cadena, conocidos suyos, expertos juristas e incluso de otros ámbitos como la música o la interpretación. En cambio, de todas ellas a penas se pudieron responder unas pocas por el debate que se generó entre los colaboradores y presentadores presentes en plató, así como por las intervenciones que hubo en directo, como fue el caso de Fidel Albiac.
Un cambio en el tono de la entrevista que parece no haberle gustado especialmente a la protagonista. Tal y como ha explicado la periodista Marisa Martín-Blázquez: " Según me han informado a mí ella no está demasiado contenta con alguna de las cosas ", explicó en 'El programa de Ana Rosa'. "No por como lo dijo, sino de su sensación al pensar que no se pudo expresar lo suficiente en cuanto a algunos temas ".
La hija de Rocío Jurado se había sentado en el plató de Telecinco con la intención "de contestar a toda la gente que se había puesto a su lado, los que están en su contra e incluso los que no nos habíamos posicionado", motivo por el que a ella le hubiese gustado "en algunos puntos explicarse más y mejor" al ser consciente de que su testimonio se sigue analizando tras cada emisión de los episodios.
Una audiencia decepcionada
Una sensación que también manifestó tener gran parte de la audiencia la misma noche de la entrevista. Muchos usuarios (entre ellos muchos conocidos) han manifestado que, tras ver lo ocurrido en plató, queda constancia de que la única forma que tenía Rocío Carrasco de contar su historia era como lo estaba haciendo, en un serie documental en la que nadie pudiese interrumpirla.