Cuando finalmente los pequeños llegan a casa de su madre -"Como tres horas después", recuerda Carraso- esta descubre que el pequeño, David, tiene un bulto en uno de sus brazos y que, al tocarlo, "pegó una voz" y "se quedó traspuesto" del dolor. Fue entonces cuando Rocío Flores le contó lo ocurrido: "Se ha caído de una litera". Un hecho que le costaba creerse a la protagonista: "Yo le pregunto: '¿Pero no ha llevado tu padre al niño al médico?', y me dice: 'No, ya me ha dicho que lo llevas tú cuando lo tuvieras'. Y le pregunto cuando se había caído el niño de la cama y me dice que el viernes".
Fue Fidel Albiac quien, al ver la gravedad del hecho, insiste en acudir a Urgencias lo antes posible: "A mí no me cabía en la cabeza que un bebé pudiese estar con el brazo roto desde el viernes o desde un sábado, me da igual", recuerda Rocío Carrasco su bloqueo ante el hecho. "Le hacen una radiografía y tenía el brazo por la mitad", asegura al mismo tiempo que se proyecta en la pantalla el informe médico de aquel 26 de mayo de 2002. "La doctora me miró a mí con desconfianza y me dice: '¿cómo se ha hecho esto el niño?', y yo le dije: 'Yo sé porque usted me está mirando así, discúlpeme, pero yo acabo de tener a los niños que acaban de estar con su padre'", recuerda.
"No quería hacer nada que fuera en contra del padre de los niños"
"Por eso es por lo que no hago muchas cosas en mi vida, porque era su padre y yo quería que tuvieran una imagen que, a la larga, ha jugado en mi contra. Porque todas las veces que yo le dije: 'Respeta a tu padre', 'Quiere a tu padre', 'Pórtate bien con tu padre'... cada vez que yo le he dicho eso a mis hijos ha socavado un poco más mi integridad como madre y como mujer", terminaba diciendo la protagonista sin ponder contener las lágrimas.