La entrevistada ha relatado uno de los episodios más dolorosos de su vida después de que su hija la demandara.
Uno de los episodios más dramáticos en la vida de Rocío Carrasco fue cuando su hija Rocío Flores la demandó junto a su padre por malos tratos continuados, algo que conlleva pena de prisión. En su caso, este hecho era mentira, puesto que las agresiones se habían producido a la inversa, algo que se terminó demostrando y que provocó la ruptura definitiva entre madre e hija. Rocío Carrasco empieza contando: "En la denuncia decía que yo la he pegado, que la he tirado al suelo, que la he amenazado de muerte, que la he cogido por el cuello, que no la he dejado salir de la casa, que la he retenido dentro de la casa. Dice de todo lo habido y por haber". "El padre y mi hija, en un primer momento, van a presentar la denuncia al cuartel de Tres Cantos porque tenían un conocido allí. Le dicen que ellos no son los que tienen que recibir esa denuncia porque tienen que recibirla en el lugar donde se han producido los hechos. Les dicen que lo primero que tienen que presentar es un parte de lesiones de la niña para presentar la denunciar. Van al hospital y luego vuelven y ponen la denuncia con el correspondiente parte", relata. La hija de Rocío Jurado explica cómo sucedió todo en el cuartel: "Cuando entro en el cuartel se me mete en una salita, se me informa de que mi hija me ha denunciado por un delito de maltrato habitual con el padre y que si declaro".
"Me da vergüenza, me da pena de mí, me da pena de mi marido que tuviera que vivir eso, me da pena de ella, que fuera capaz de pertenecer a algo tan bárbaro. Me dicen que declare, que me defienda. Digo que no quiero declarar en sede policial porque estaría denunciando a mi hija. Yo eso no lo he hecho nunca pese a todo lo que se ha dicho", explica entre lágrimas. Sin embargo, Fidel Albiac sí que quiso declarar: "Quería declarar lo que sabía porque yo le había contado de veces anteriores y lo que él ve ese día, que no lo ve todo pero que lo que ve lo quiere decir y poner en antecedentes la actitud y comportamiento de la niña. A mí me dicen que me llamarán del Juzgado".
El profundo dolor y temor de una madre
Rocío Carrasco se ha abierto en canal y ha revelado lo que más dolor le ha ocasionado: "No me duele tanto la paliza como el hecho de que ella me quisiera meter en la cárcel. La paliza no me duele, me duele saber que una hija mía que la he parido yo sea capaz de querer ver a su madre en la cárcel por algo que no ha hecho. Eso es lo que a día de hoy todavía me mata". En cuanto a la pregunta sobre si ha perdonado lo tiene claro: "Se tendrá que perdonar ella el día que se dé cuenta porque creo que a día de hoy aún no se ha dado cuenta". Además, el tema de la custodia de Rocío Flores también fue muy cuestionado: "Antes de que la jueza me interrogue, la parte del padre hace constar que pide unas cautelares para que la niña no pueda volver conmigo, cosa a la que yo me adhiero y digo 'no es que las pidas tú, es que si no las pides tú las pido yo'".
El pavor que Rocío Carrasco tenía ante una posible vuelta de Rocío Flores a su casa era inmenso: "La niña no puede volver a mi casa. Eso se ha utilizado mediáticamente para crear la duda y sombra de que hay un hecho truculento en mi vida en el que a mí me dan unas medidas cautelares por lo que mi hija no puede estar conmigo. Ese es el motivo, pero soy yo la que se adhiere a esas medidas. La niña a mi casa no puede volver. Tenía pánico porque era alguien a quien yo no conocía, la había parido pero no tenía un ápice mío dentro de su cuerpo". Destrozada, Rocío Carrasco decía: "Yo no soy así, hubiera sido incapaz de hacer eso con mi madre. A esa niña la he parido yo pero no tiene nada mío, muy a mi pesar. Yo no sé lo que me puede pasar, vivo en el terror de alguien que no sabe lo que te depara el día siguiente, que no sabes. Lo peor que hay en el mundo es la incertidumbre". Tras esto, explica lo siguiente: "Es la jueza la que dice que se investigue a la niña por un presunto delito de malos tratos de ella hacia mí. No quería por nada del mundo que eso sucediera. Pero ahí era o cuentas la verdad o te enfrentas a un juicio por maltrato habitual que conlleva pena de prisión", concluye.