"He estado 18 años hablando de mi vida y de la vida de tu marido, que en esa época fue una parte de mi vida. Ahora no, yo tengo derecho a hablar de lo que me dé la gana. En el momento en el que sales en una revista con tu marido y te haces personaje público como yo, tú puedes hablar y yo también. No te confundas, Miguel trabaja. Miguel a día de hoy no le he visto en una exclusiva ni el día de su boda, que yo salí sola vendiendo su vida. A ti sí te he visto. A él ni le nombres. Te puedo nombrar a ti, a tu padre, a tu madre, a tu hermano. Ellos han venido aquí. ¿Tú no has hablado de mí? ¿Eres la muda de Ubrique? Yo sí he hablado de ti. ¿Miedo a tus demandas? Demándame. Demándame, ya estás tardando. No te equivoques, María José. Estoy harta de tus amenazas, porque sé por dónde vas. Y mi problema, el que tuve, la persona que lo tiene que saber, la que tenemos en común, sabe todo, porque tenemos comunicación y amor. Yo estoy curada. Espero que tú te cures, ¿Sabes de qué? De la maldad. Sé feliz. Solo te deseo que seas la mitad de feliz que lo soy yo con mi familia. Espero que tú hagas feliz a tu familia o por lo menos llegar a la mitad de lo que yo soy feliz", le espetó la colaboradora.
El hartazgo de Belén Esteban
"Jesulín, da un golpe en la mesa, que tienes 3 hijos, no dos. Yo no he hablado de tus hijos, si lo he hecho ha sido con cariño porque son los hermanos de mi hija. No me vais a amenazar con el problema que tuve y yo estoy curada hace ya 10 años. Cúrate tú de la maldad que tienes. Jose, estás obsesionada conmigo. El pelo rubio platino, la coleta, el 'a ver si nos vemos'. Entiendo que quieras llamar la atención de tu marido, pero déjame en paz. Si quieres guerra, vamos a la guerra, pero con todas las consecuencias. Y no me corto. Mando un beso a Ubrique y a El Bosque y os doy las gracias. Si saco lo que llevo en el móvil, peor que 'La herencia envenenada'".
No es tema económico, es de cómo puede ser una persona, o dos mejor dicho. Fíjate cómo sois que yo llamo un día a Jesús y le digo que le voy a pasar la información de dónde va a estudiar y me dice: 'Sí, sí, perfecto'. Le digo: 'Pagamos todo a medias' y le llamo yo y le pregunto si ha recibido los papeles. 'Me ha dicho el abogado que no porque como ha elegido ella estudiar fuera'. Luego a los tres años, que yo me alegro por la otra hija, se la lleva a Nueva York y estudia fuera. Que a mí no me jode. La educación inglesa es perfecta. A mí no me jode, lo que me duele es que si yo tengo tres hijos, ¿qué dedo me corto que no me duela? Ella está estudiando lo que quiere y para lo que das, no llega ni a la suela de los zapatos. No te estoy pidiendo que la pagues, es para que veáis el detalle. Y podría seguir, pero no quiero que sufra gente que yo quiero. La familia ha sido mi hermano Cuqui, mi cuñada Sandra, mi hermano Juan, mi cuñada Alma, mi madre y mi padre y también mi marido, el que se ha ocupado de ella, a los que estaré toda mi vida agradecida. Lo que más me joroba es que tengo que hablar de gente que no quiero hablar, pero si no es muy difícil explicar todas las cosas", explicó la colaboradora.
"Ya está bien con el miedo, ni que fuera King Kong. Una cosa Jose, si quieres la III Guerra Mundial tira para adelante, que yo tengo un arsenal. ¿Cuánto tiempo llevaba yo sin hablar de nosotros? Te dije, para ya, para ya. ¿Qué te pasa? Me alegro de que no tomes medicación y que estés mejor, te lo digo de corazón. Te tengo que decir, Jose, he hablado muchas veces, en el diario cobramos lo que cobramos al mes y aquí cobro como una colaboración. Yo puedo hablar de ti, de tu marido, de tu madre, de tu padre y de tu hermano, cosa que mi familia todavía no se han sentado, ni lo harán. Los tuyos sí, que me parece muy bien, pero luego tiene consecuencias. Deberías parar. Llevo 3 años muy tranquilos. No hablo por respeto a una persona, que no son ellos, desde luego. ¿Lerda? No te voy a insultar, pero lerda tú", finalizó muy enfadada Belén Esteban.