Después de meses sin verse, no hubo demasiada complicidad entre madre e hijo en su reencuentro.
José Antonio Avilés ha sido la estrella de 'Supervivientes 2020' tanto dentro como fuera del concurso, sin embargo, no para bien. El colaborador de 'Viva la vida' ha visto cómo se descubrían cosas que le dejaban en mal lugar. Su imagen está por los suelos y ya de vuelta en España puede afrontar todo lo que le viene, que es mucho.
Desde España su madre ha dado la cara por su hijo como ha podido, aunque ha dejado claro que tiene que ser José Antonio Avilés el que dé la cara y no ella. Preocupada y agobiada por el acoso mediático, ha intentado mantenerse al margen a pesar de que incluso las acusaciones iban también contra ella en alguna ocasión.Después de una larga estancia en Honduras llegó el momento de que Avilés volviera a España y se reencontrara con su familia. No son momentos fáciles, el viaje es largo y encima sobrevuela la emergencia sanitaria. Eso no quita para que el reencuentro entre madre e hijo haya sido particularmente extraño.
Un viaje con cámaras
El colaborador aterrizó en Madrid, y de allí cogió un tren hacia Córdoba, donde le esperaba su madre para llevarle a su pueblo, situado en Almodóvar del Río. Un equipo de 'Viva la vida' que le acompañó en el viaje en tren también fue testigo del reencuentro. Sin pensar en que había cámaras, Avilés no se mostró como un hijo que hace meses que no ve a su madre.
Avilés llegó agobiado hasta ella y lo único que le dijo fue: "Tira tú con la maleta para allá. No puedo hacer nada, tira tú con la maleta por favor". La cara de su madre no se vio, pero seguro que se quedó sorprendida ante el recibimiento. Al menos seguro que en casa pudieron hablar sin cámaras y se mostrarían más cómplices el uno con el otro.