La que fue concursante de 'GH VIP 6' parece estar realmente ofuscada por no conseguir hacerse un hueco en Telecinco tras su paso por la casa de Guadalix de la Sierra.
Mónica Hoyos lleva apenas 7 días fuera de 'GH VIP 6' y todo lo que se encontró con no le está resultando nada fácil de asimilar. Al contrario de lo que se esperaba con su partición -limpiar su imagen tras meses en disputa constate con Miriam Saavedra y Carlos Lozano-, la presencia de la otra peruana en Guadalix de la Sierra no hizo más que transformarla en villana de la televisión que tanto quería evitar.
Tras su expulsión el pasado jueves 6 de diciembre reconoció durante el 'Debate' de 'GH VIP 6' que iba "a ponerse en manos de profesionales" para recuperarse de las secuelas del reality show y poder tener una estabilidad en su vida con el único fin de estar al lado de lo más importante que tiene, su hija Luna. Consecuentemente esto llevaba consigo una desaparición temporal del mundo de la televisión que tanto daño le había causado el último año.O bueno, al menos eso se creía tras sus declaraciones en el programa pero el portal de noticias Jaleos ha podido saber que en la intimidad las verdad sobre Mónica Hoyos era otra muy distinta. Fuentes cercanas a la que fue azafata de 'El precio justo' lleva esperando desde que salió de Guadalix de la Sierra que su teléfono sonase para algo más que para ir a las diferentes emisiones de 'GH VIP 6' donde, para su desgracia, sigue siendo abucheada y tildada de 'villana del concurso': "En el fondo, deseaba que la llamaran para algo más".
Necesitada de ayuda psicológica para recuperarse de las secuelas de 'GH VIP 6'
El verdadero motivo no es tanto su economía si no por una propia satisfacción personal. Hoyos hizo sus primeros pinitos en la televisión española y luego cosechó éxitos durante varios años en la televisión de su país natal, Perú. Ahora quiere volver a saborear las mieles de la fama en el que también considera su país más allá de participar en relities.
Mientras tanto su cuenta bancaria se mantiene estable gracias al negocio de su vida, la compraventa y alquiler de viviendas: "Le encantan las casas y de un tiempo a esta parte se dedicaba a comprarlas, reformarlas y alquilarlas, pero ese ha sido un trabajo temporal mientras llegaba algo". Y eso le está haciendo caer en una espiral de desesperación: "Está convencida de que ha hecho un buen concurso y que de alguna manera se merece una recompensa".