El siguiente encuentro en producirse, tras la entrada de Kiko Matamoros y el encuentro con su hija y su hijastro fue el protagonizado por Aguasantas y Raquel Bollo, que fue la encargada de recibir al segundo huésped de la casa. "Hola", dijo la exconcursante de 'GH VIP 3' a la concursante de la presente edición, a quien le cambió completamente el semblante.
Aguasantas pretendía que se sentara con ella y así se lo hizo saber, pero Bollo no estaba dispuesta. "No, mi trabajo está ahí", dijo Raquel señalando la recepción del hotel-balneario situada en el salón. "Su trabajo creo que lo decido yo", le replicó una desafiante Agusantas, pidiéndole por favor que se sentara y comunicando que se quejará ante la negativa de la concursante a satisfacer su petición.
Raquel Bollo: "Me voy. No merece la pena"
Fue en el momento en el que Kiko Matamoros y sus hijos entraron en el salón cuando la colaboradora se rompió al abrazar a su compañero, quien intentó tranquilizarla sin mucho éxito, puesto que Raquel Bollo no paraba de repetir que se iba y no iba a aguantar una situación que le provocaba un sufrimiento que no merece la pena.
Kiko Matamoros insistió en que "esto es un concurso" y le dijo que tenía que sobrellevarlo de la mejor manera, pero la sevillana sólo podía pensar en su hijo y pidió encarecidamente a los nominados, que quien fuera expulsado le dijera a su hijo Manuel, ex de Aguasantas, que no dé alas al tema en el exterior y no entre para nada, vea lo que vea en la casa.