La actriz y la cantante comparten una muy buena amistad desde hace muchos años, estando siempre la una al lado de la otra en los buenos y malos momentos. Por eso, la dirección del show ha querido ponerlas en contacto vía telefónica. Carrà descolgaba el teléfono diciendo "Hola Rafaella", emulando el mítico programa del mismo nombre.
Al otro lado del altavoz se encontraba su compañera incondicional, Loles León. Durante un momento estuvieron charlando por teléfono, confesándose lo mucho que se echaban de menos. Pero lo que no imaginaba la italiana es que su hermana, como ella se refiere a su amiga, se encontraba a escasos metros de distancia.
"Si es tu hermana, ¿te gustaría darle un abrazo?", adelantaba Carlos Sobera. Entonces, la gran pantalla de 'Volverte a ver' comenzó a abrirse para descubrir a León, que se fundió en un abrazo con Raffaella Carrà. "Estoy emocionada, eh", revelaba la actriz con los ojos cristalinos.
Rappel no se libró
Pero no fue Loles León la única a la que Raffaella Carrà logró emocionar. Por teléfono, esta vez sin sorpresa en el plató, la cantante se ponía en contacto con otro amigo con el que ha compartido muchas horas de trabajo. Aunque al principio le costó reconocerlo, la italiana acabó percatándose de que estaba hablando con Rappel.
"¡Qué rápida! No te puedo gastar una broma por teléfono", comentaba el vidente, a lo que Carrà respondía: "¡Qué gusto me da oírte!". Ante la emoción de estar hablando con la mujer que lo llevó a la fama, Rappel no pudo evitar recordar un momento agridulce de su vida. La noche que debutaba con la cantante en un programa de Italia, su madre falleció repentinamente. El médium recordaba lo bien que se portó Carrà con él y las facilidades que le pusieron para darle el último adiós.
"Quiero darte las gracias por tu generosidad y por ser el gran ser humano que eres. En el momento de empezar el programa me dieron la noticia y tú hiciste para que yo pudiera venir al entierro de mi madre. Me pusiste un coche y un avión y gracias a tu humanidad pude llegar al entierro de mi madre", rememoraba Rappel entre lágrimas, a lo que Carrá respondía: "Es lo mínimo que un amigo puede hacer".
Los tres amigos prometieron, además, reunirse pronto para recrear aquellos momentos en los que cenaban juntos en Roma y volver a ser el inseparable trío que un día fueron.