Tras convertirse en la primera expulsada de la edición de 2019 de 'Supervivientes', Loli Álvarez vive en una plataforma en mitad del mar y desde allí puede ver todo lo que hacen sus compañeros en las tres playas en las que están divididos, pero no puede comunicarse con ellos. Pero eso de no hablar lo lleva realmente mal la artista.
Jordi González ha tenido que advertir a la aventurera durante el 'Conexión Honduras' del domingo 5 de mayo que tenga cuidado y que deje de comunicarse con algunos de sus compañeros puesto que susurrar también es hablar y sabe lo que lo tiene prohibido.
La respuesta que ha dado Loli Álvarez, que en un principio ha negado ese tipo de comunicación, ha provocado las risas en el plató de 'Supervivientes'. Y es que incluso la concursante ha decidido tener contacto con los habitantes de la playa a través de ruidos de diferentes animales.
Loli Álvarez: "No es tan fácil quedarse muda de la noche a la mañana"
"Eso es lo que peor llevo. Yo prefiero no comer. Si me dejan sin hablar me quitan media vida. Yo no puedo estar sin hablar. Para comunicarme con mis compañeros tengo que estar 'guau, guau' (y otros ruidos de animales) y eso es imposible. Hay que comprender que llevo 48 años hablando y no es tan fácil quedarse muda de la noche a la mañana. Llevo 48 años hablando porque yo hablé desde el primer mes ", decía pidiendo un poco de comprensión a la dirección del programa.
No obstante, el presentador no ha aflojado y se ha mantenido firme, pidiéndole que no vuelva a saltarse las normas puesto que será sancionada: " Quiero evitar que te sanción y te lo digo porque estás haciendo algo que no se puede, está terminantemente prohibido susurrar. Has de comprender que un juego tiene sus reglas y ya está, no discutas". Ella, muy obediente, aseguró que no volverá a ocurrir.