Y nada más poner un pie en tierra española dio sus primeras declaraciones, un poco a regañadientes, sobre cómo había sido esta primera prueba de vestuario: "Muy contenta", decía siendo batante parca en palabras. El reportero de Europa Press le preguntaba sí iba a haber más vestidos como en toda boda de la alta sociedad, pero la hija de Isabel Preysler que hasta hacia un día no tenía ni uno, prefiere por ahora conformarse con poco: "Con un traje por ahora me conformo", al menos eso dice ahora, aunque luego pueda haber sorpresas.
Lo que si quiso negar rotundamente con un simple "eso es mentira" es la información que se había dado sobre que Tamara Falcó había empezado a trabajar ya con la firma homónima de la gran amiga de su madre incluso antes de terminar su contrato con Sophie et Voilà, siendo así tachada de haberse inventado todo este drama para darle todavía más bombo a su boda y que el diseño final del vestido se uno de los acontecimientos del año y quede atrás la creencia de la boda maldita con Íñigo Onieva -que por cierto se fue a Lourdes mientras Tamara Falcó estaba en Nueva York-.
Los motivos de la elección de Carolina Herrera
Por su parte, Leticia Requejo, reportera del mismo programa, aseguraba que quien había tenido un papel fundamental en la elección había sido una buena amiga de la propia Tamara Falcó que trabaja en la marca: "Una gran amiga de Tamara tiene un buen puesto en Carolina Herrera y fuerza para que sea la firma elegida porque sabe que le van a facilitar todas las cosas", siendo este otro de los motivos.