Afortunadamente lo de Raphael se quedó en un pequeño susto por el que le han realizado pruebas médicas durante varias días y que, de hecho, no fue tan alarmante desde un principio tal y como contó Broncano: "Estaba un poco descolocado y se lo llevaron. Salió andando. Estaba un poco desubicado, le costaba un poquito...", de hecho el propio artista quería seguir con la grabación y habría sido gente de su equipo la que le recomendó visitiar al médico: "Dijo: 'Quiero ir a bailar'. Y le dijeron: 'Mejor vamos a ir al hospital'".
Fue entonces cuado señaló que el tipo de programa que es 'La Revuelta' y su tono más desenfadado lo que habría acrecentado el estrés de Raphael hasta llevarlo a sufrir ese problema médico: "También es verdad que hay programas donde uno se puede sentir más cómodo y otros más tenso. Raphael las entrevistas las cuida mucho, no da tantas como la gente cree. A él le gusta cuidar mucho sus entrevistas y sentirse cómodo. Es verdad que a lo mejor se junta el estrés, el cansancio, los nervios, la tensión de que te van a hacer preguntas que no son las habituales". "Y que es Broncano, que no es Pablo Motos. Te va a meter una puñalada por donde sea", añadía Jiménez Losantos.
"También es verdad que hay programas donde uno se puede sentir más cómodo y otros más tenso"
Incluso iba un poco más allá y denunciaba públicamente que muchos invitados de 'La Revuelta' -y antes 'La Resistencia'- a pesar de la diversión que muestran en el programa, están durante días muy preocupados por las preguntas poco usuales que les hace el presentador sobre sexo y dinero: "Las gracietas de 'cuántas veces lo haces al día', ese tipo de cosas hay una actriz joven a la que le pueda divertir, pero hay personas que están venga a pensar desde el día anterior. Yo lo he visto en entrevistados que dicen 'llevo dos días pensando en esta pregunta y no sé cómo voy a responder'".
Tras esta insinuación, Cortazar recuperaba su argumentario inicial: "Se juntan muchos elementos. En un principio hablaban de excesiva carga laboral, de estrés, de una agenda imparable para una persona de 81 años y con un trasplante. Es verdad que hasta hace poco estaba bien, lo aguantaba y le gustaba. Pero la vida a veces te dice 'stop'", reconociendo de nuevo que simplemente podría haber sido todo fruto del estrés y la gran carga de trabajo para una persona de 81 años.