En sus últimos días de vida, Aless Lecquio firmó un documento para que sus padres pudieran usar sus muestras de semen para dar vida a su hija: "Casi ya no podía ni escribir, estaba muy mal. Pidió un papel y escribió lo que se llama testamento ológrafo". Como bien ha confesado, casi nadie conocía su intención de tener a Anita, únicamente sus dos hermanas: "No lo sabía nadie. Yo no se lo dije a nadie. Lo sabían mis hermanas Celia y Amalia, que son mis ángeles, y Alessandro". En todo el proceso, Ana Obregón no se ha cuestionado su decisión en ningún momento: "Ese era el deseo de mi hijo. Su última voluntad".
Tiene todo planeado
Una vez ha dejado eso clara, Ana Obregón ha aclarado que no "ha tomado ninguna decisión a la ligera": "Está rodeada de familia. Sé que el día que yo no esté, ella va a estar cuidada". Durante el tiempo que ha tardado en gestionar la llegada de Anita, Ana Obregón ha pensado en todo, hasta en el colegio en el que inscribirá a su nieta. También en todos los aspectos legales, algo importante sobre todo por la diferencia de legislaciones entre países: "En Estados Unidos es mi hija legítima, pero es la hija biológica de Aless".
Entre lágrimas, la actriz ha desvelado cómo la llamará su nieta: "bela", como su hijo llamaba a su abuela, y que la primera palabra que le enseñará será "papá", en honor a Aless: "Estoy orgullosa porque es un milagro. Es la hija de un héroe que era mi hijo, como todos los héroes pacientes de cáncer". Al hablar de Anita, la actriz no puede evitar la sonrisa que le ilumina la cara, aunque es un sentimiento agridulce: "Yo me siento un poco mamá y un poco abuela". Durante su entrevista, Obregón también ha hablado del padre de su hijo, Alessandro Lecquio, y de los motivos que lo han llevado a no conocer a su nieta por el momento: "La conocerá. Poco a poco. Un poquito triste me pone, porque es la hija de nuestro hijo. Pero todo es respetable. Creo que está esperando a que baje la presión mediática".