Cansado y enfadado, el Príncipe Carlos, magistralmente interpretado por Josh O'Connor, no solo le dice que él no es el mejor ejemplo de fidelidad marital y le llama traidor por ponerse del lado de sus enemigos en esta historia, que no son otros que la Reina Isabel, el Duque de Edimburgo y la Reina Madre. Muy dolido, Lord Mountbatten, encarnado por Charles Dance, escribe una dura carta a su sobrino nieto en el que le exige que acepte que tiene que buscar a una mujer para casarse y perpetuar la dinastía y que debe ser una chica dulce, con buen carácter y sin pasado. La carta es dura, pero añade que no disfruta tanto de la compañía de nadie como de su sobrino nieto, retratando así el inmenso cariño que sentían el uno por el otro.
Aunque el atentado fue real y sucedió como se cuenta en 'The Crown', Peter Morgan ha reconocido que la discusión telefónica entre tío y sobrino no tuvo lugar, al igual que tampoco escribió una carta para mostrar su disconformidad por su negativa a olvidarse de Camilla Parker Bowles. "Lo que sabemos es que Mountbatten hizo ver a Carlos de que ya era hora de que se casara y diera un heredero. En mi cabeza ideé que tendría un mayor impacto en Carlos si el consejo le llegaba de esa forma. Creo que el contenido de la carta que Mountbatten escribe a Carlos es lo que le dijo, basándome en todo lo que he leído y las personas con las que he hablado. Es lo que representaba su punto de vista", argumenta Peter Morgan para justificar su licencia creativa.
Inexactitudes y medias verdades en 'The Crown'
De este modo, se confirma una inexactitud de 'The Crown', una de tantas. De todos modos, aunque sea falso en la forma, no lo es del todo en el fondo. Aunque el historiador Andrew Lownie señala que la última carta que cruzaron fue el 13 de agosto de 1979, dos semanas antes del atentado, y fue totalmente agradable, sí es cierto que Lord Mountbatten había aconsejado a su sobrino nieto que buscara a una mujer con las cualidades de la carta de 'The Crown', aunque antes de que ocurriera podía divertirse. Camilla, sí, pero como amante prenupcial, y no como Princesa de Gales.
También es verdad que Lord Mountbatten hizo referencia en algún momento a Eduardo VIII para ponerle como mal ejemplo ante el Príncipe Carlos, algo lógico teniendo en cuenta lo que supuso la abdicación en 1936 y lo complicadas que fueron las relaciones entre los Duques de Windsor y la Familia Real Británica. Para ciertas generaciones de la dinastía, recordar a breve Eduardo VIII como ejemplo de lo que hay que hacer, ha sido recurrente.