En España hay viviendo (según el censo a 1 de enero de 2020) un número aproximado de 47.329.981 de personas, pero la posibilidad de que tú te encuentres con tu ex doblando la esquina sigue siendo bastante alta. Pues las probabilidades en el universo Mediaset tampoco distan mucho y algunos rostros ya conocidos tiene que hacer frente al hecho de que sus exparejas reaparezcan en la pequeña pantalla buscando el amor después de que sus relaciones sentimentales hayan sido un fiasco.
Y en esta tercera edición de 'La isla de las tentaciones' no iba a ser menos. Simone Coppola, el italiano que ha levantado pasiones entre los telespectadores y que en las primeras horas ya generó un primer conflicto de pareja por el interés que despertó en Lola, pareja de Dani, no es la primera vez que intenta buscar el amor de su vida en un programa de televisión.
Con Lía Román en 'First Dates: Crucero'
El ahora tentador se había embarcado ya tiempo atrás en un viaje del amor en 'First Dates: Crucero'. Y lo cierto es que su travesía surcando los mares no le había ido mal ya que allí había encontrado el amor en una joven rubia que, por aquel entonces, prácticamente nadie conocía pero que posteriormente también buscó luego el amor en el programa presentado por Sandra Barneda.
Ella es Lía Román, tentadora en la segunda edición de 'La isla de las tentaciones'. La joven había estado intentado enamorar a Lester, por aquel entonces pareja de Marta Peñate, aunque con la entrada de Alessandro Livi sus planes de futuro cambiaron y no dudó en apostar todo por él hasta la última cita. Desgraciadamente, este apostó por seguir con su novia Patry, pero aún así Lía quiso dejarle claro que su puerta estaba abierta por si en algún momento quería intentarlo.
Pero la tentadora no estaba dispuesta a pasarse la vida esperando por el italiano -otro, por cierto- y finalmente acabó encontrando una nueva ilusión en Iván Sánchez, extronista de 'Mujeres y Hombres y Viceversa'. Quien sabe si su expareja, Simone, correrá mejor suerte en su periplo por la República Dominicana. Lo cierto es que, por ahora, no ha comenzado mal.