La curva de la vida de Marta Albalá ha traído cola, ya que su padre está muy ofendido por sus palabras.
La curva de la vida de Marta Albalá ha traído cola. La hermana de Alejandro Albalá contó que se había tenido que ir a vivir a casa de sus abuelos a Santander con su madre y su hermano cuando la situación con su padre se hizo insostenible. "No teníamos otro sitio, estábamos sin nada, mi madre tiene que empezar de cero".
El padre de Marta Albalá, José Manuel, fue grabado por las cámaras de 'Sálvame' mientras veía a su hija en televisión. El hombre se fue enfadando y disgustándose a medida que escuchaba el testimonio de su hija: "Si yo pudiera habla... ¿salir huyendo? Le dio tiempo a coger dos camiones y llevarse hasta... me dejó las paredes para pintar"."Mi padre no nos quería llevar a Cádiz. Mi madre tenia que llamar porque llorábamos porque queríamos verle", comentó la hermana del concursante de 'GHDÚO', a lo que él comentó que era mentira y que iban todos los veranos.
"Me voy a Jerez y tengo una ilusión. Creo que voy a tener una relación con mi padre", pero al tener el padre una relación todo vuelve a irse al traste. "Os habéis cargado todas las relacione que yo he tenido, vais contando lo más grande a todo el mundo", respondió él muy enfadado. Guerra económica
Después llegaron los líos económicos, ya que al parecer, su padre se cansa de pagarle un piso y le dice que si quiere comer tiene que vivir con él en El Puerto de Santa María. Albalá no lo negó, pero le recordó que gracias a él se sacó el carné de conducir y que tenía un coche a su disposición. Marta recordó también que se quería ir de casa porque sentía que siempre molestaba con la nueva pareja de su padre y que solo podía estar metida en su cuarto.
"No tengo palabras para describir lo que acaban de ver mis ojos. Lo peor de todo es que llamo al programa y me dice que tiene firmado en su contrato que no quiere llamadas de nadie. Le alquilamos un piso de 200 metros en el centro de Jerez y cerca del colegio. Los vecinos nos llaman y nos dicen que todas las noches se montan fiestas con Sema e Isa. A los 6 meses nos las trajimos a casa", recuerda José Manuel Albalá, que dice que le duele que le llegue una denuncia de su hija.