El actor ha sorprendido a los comensales de la décima edición con su originalidad y su mala mano en la cocina.
Hace apenas una semana daba inicio la décima edición de la versión gourmet de 'Ven a cenar conmigo', ese programa en el que cuatro famosos cocinarán sus mejores platos para lograr convertirse en el mejor anfitrión, además de hacerse con los 3000 € de premio. Si en la anterior entrega era Lucía Bosé la encargada de agasajar a Antonio David Flores, Cósima Ramírez y Pablo Carbonell, en esta ocasión la responsabilidad ha recaído en este último, cuyo menú no ha gustado mucho a los comensales.
El actor ha comenzado con una crema de alcachofas y patata en la que, accidentalmente, se le ha caído medio bote de pimienta negra, provocando los negativos comentarios de los invitados. "Casi nos mutamos en dragón. El plato ha sido un absoluto desastre", ha confesado Antonio David, el concursante probablemente más exigente de la edición y que mayor número de fallos ha sacado al anfitrión. Con el segundo plato algo ha mejorado, pero el hecho de que hiciera uso de ingredientes ya cocinados en lugar de hacerlo él o que decidiera seleccionar para la noche un plato navideño de su familia, también ha sido objeto de críticas por parte del exmarido de Rocío Carrasco. "Tienes que reírte porque preparar en una velada así un plato de Navidad. Te juro por Dios que en ese momento no daba crédito".
Pero si ha habido un plato que ya ha sobrepasado lo que creían que podían ver los comensales, ese ha sido el postre. Y es que, Carbonell ha optado por utilizar la mesa del comedor como plato y, mientras recitaba y les pedía que cantaran ha esparcido siropes, bizcocho y helado por todo el mantel para incredulidad, asombro y a la vez diversión de los invitados.Antonio David, el más exigente
Sin duda el miembro más duro está siendo Antonio David, quien parece estar tomándose el concurso con la máxima seriedad y por ello valora la atención, el servicio y cada uno de los platos como si de un concurso de cocina profesional se tratase. Es por ello que no le ha parecido apropiado que anunciara las llegadas de los comensales imitando costumbres antiguas o que le ofreciera agua del grifo en el aperitivo. "¿Realmente se lo está tomando en serio?", se ha preguntado Antonio David, para terminar diciendo: "Está zumbado de la olla". Sea como fuere, lo cierto es que la estrategia no le ha salido nada mal a Pablo Carbonell, pues Lucía Bosé y Cósima Ramírez han premiado su originalidad y le han otorgado cada una un diez en la puntuación.