"Desaparecí un año. Fue un regalo poder parar. Todo se estaba automatizando. Empezaba a no disfrutar de los conciertos, de las entrevistas, de cantar mis canciones, que son muy importantes para mí. Hubo un momento que fue de agotamiento, como cualquier persona, y tuve la suerte de poder parar y volver a casa. Hice las cosas que hace cualquier ser humano. Abrí la nevera y me encontré una sandía podrida. Limpié mi nevera. Abría regalos que tenía sin abrir, encontraba cartas. Me cargué de inspiración y volvimos a empezar con fuerzas", relataba Pablo Alborán en Uganda.
Ahora tampoco atraviesa el mejor momento y así se lo contaba al presentador durante su aventura: "Estoy en un momento en el que pienso que todo ha cambiado muy rápido. El sistema musical veo que todo es una vorágine que va muy rápido y hay un exceso de información para mí. Hay un momento en que uno por dentro piensa '¿realmente la gente estará saboreando las canciones como antes?', pero pasa lo mismo con las pelis o los viajes. La gente quiere más contenido y menos calidad".
Además, Alborán añadía: "Es un momento donde estamos haciendo pausas cuando podemos, buscando inspiración en viajes como este, en escuchar música diferente, colaborar con artistas que no tengan nada que ver contigo... Es importantísimo hacer eso porque si no te conviertes en una imitación de ti mismo". También hacía mención a la complicada situación ocasionada por la pandemia: "La pandemia ha sido devastadora al principio. Ha sido una lección. Sacar un disco en mitad de la pandemia me ha ayudado a entender muchas cosas".
Muy emocionado
Pablo Alborán ha reflexionado sobre la publicación de su disco 'Vértigo' en un momento tan difícil: "Sacar un disco cuando la gente está en sus casas y a lo mejor no tiene ganas de escuchar a nadie. Yo en la pandemia no tenía ganas de escuchar a nadie. Dices 'ostras, que la gente ha comprado un disco en el peor momento de la humanidad y que tiene ganas de que les acompañes'. Ese proceso me ha hecho entender el valor de la música e incluso el valor que tienen mis canciones para mucha gente. En la pandemia tuve dos bloques, uno muy inspirador porque saqué el disco, y luego hubo otra parte".
Llegando al final de la aventura, el malagueño no ha podido evitar emocionarse tras cantar con un grupo local y comentaba: "Yo me dedico a la música, ellos también, tenemos el mismo sentimiento, la misma pasión y yo vengo de un mundo y ellos pertenecen a otro y, sin embargo, la música se vive de la misma manera o, al menos, yo la vivo de la misma manera. A veces se te olvida. El ritmo en que uno se mete hace que te olvides un poco de la razón por la cuál estás realmente haciendo música".
Era aquí cuando Pablo Alborán confesaba que estaba en un punto complicado de su vida, sintiéndose al filo de una segunda crisis pero a la que no le puede poner freno: "Me está viviendo el viaje que te mueres. Lo necesitaba. Estoy emocionado, estoy feliz, súper contento de estar aquí. Necesitaba encarecidamente un contacto real. Estaba como en una segunda crisis de tener que parar pero esta vez no puedo parar así que venir aquí me ha obligado a parar y es como un regalo del cielo".