A pesar de que su condición de primer expulsado le ofrecía una segunda oportunidad de volver a la casa en el futuro, el de Zamora ha rechazado la convivencia en esta segunda residencia de Guadalix de la Sierra al ver el panorama. Y es que Pablo entró muy nervioso en el Contraclub, pero el recibimiento de la navarra terminó de conmocionarle y así se le pudo ver en el confesionario, donde totalmente superado anunció que no podía continuar en ese lugar.
"Yo tenía muchas ganas de estar en 'Gran Hermano', pero esto así tan artificial, con estos gritos y esas cosas, que ha enseñado el culo...", le dijo el concursante al Super temblando, mientas éste le pedía que se tranquilizara. "No puedo quedarme, te lo digo en serio, Super. Pero yo no puedo pagar nada", continuó diciendo Pablo sin dejar de llorar ante la posibilidad de seguir conviviendo en el Contraclub.
Ya en plató, Pablo se mostró mucho más contento y relajado cuando Jorge Javier Vázquez lo entrevistaba. "Yo solo quiero decir que yo vine aquí a ser o mismo al cien por cien, lo otro ya no era 'Gran Hermano' y si la gente no quería que estuviera aquí... es su casa, es su decisión", explicó el exconcursante, que esa misma noche protagonizó la primera expulsión, le primera entrada en el contraclub y el primer abandono voluntario de la edición.
Pablo: "No podía ni quería estar allí si la gente me ha echado"
"Lo he vivido al mil por mil, he disfrutado, he sido yo... Creo que es la mejor experiencia que he vivido en mi vida. Entraría mil veces más. Y yo siempre he dicho que sabía que iba a ser el primer nominado y primer expulsado porque hay mucha gente que no entiende mi forma de ser y vivir las cosas", concluyó Pablo, sin sentirse fracasado por haber dejado el concurso, antes de conectar con la casa para despedirse de sus compañeros, que siguen ajenos a la existencia del Contraclub y a la nueva posibilidad de repesca que tendrá el cuarto expulsado ahora que Pablo ha dejado su sitio.