Daniel Sancho no deja de estar en el punto de mira. Poco o nada se sabía del hijo de Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo pero tras conocerse el macabro asesinato de Edwin Arrieta en Tailandia, a quien descuartizó, no han dejado de surgir informaciones sobre la vida del asesino confeso. Son varias las agresiones que ya han salido a la luz y ahora se completa el relato con otra persona que vivió la situación en sus propias carnes.
'TardeAR' ha tenido acceso a estas declaraciones, siendo Richard el primero de los afectados en una noche de fiesta que se topó con Daniel Sancho. Ahora, el amigo que se encontraba con él esa noche y que también salió afectado por el mal comportamiento del susodicho, ha querido explicar lo que vivió, pero desde el anonimato: "Tenía una cita con la jefa de la sala para alquilarlo para hacer un evento. A esto que nos estamos tomando una bebida en medio de la pista y me di la media vuelta para ir al baño y me choca un chico ".
"Me tira la mitad de la copa en la ropa. Le dije 'pero qué haces'. Me dio un golpe de abajo hacia arriba y me subió el brazo y la copa de cristal de vaso grande, de balón, se me rompió dentro de la boca y me rompe dos muelas. Cuando nos sacaron fuera de la discoteca, a la que salimos pues otra pelea. Ahí fue cuando ya nos remató. Yo tenía los dientes rotos de abajo pero arriba me hizo más. Arriba a mi amigo fue cuando me rompió la nariz", explicaba el afectado.
Disfrutando con la agresión
Al joven le dio la impresión de que Daniel Sancho estaba disfrutando pegándoles golpes: "Cuando me agredió a mí me decía '¿y sabes lo mejor?' y me daba un golpe y seguía dándome. Yo estaba esquivando o recibiendo como podía en el suelo con él encima mía. Me decía que un pijo estaba pegando a dos chicos de barrio. Él estaba disfrutando pegando. Cuando yo estaba en el suelo y todavía no me he recuperado escucho un golpe y veo a mi compañero que cae al suelo y a lo que me levanto y voy a socorrerle él ya estaba llamando a un taxi".
" Mi amigo me dijo que llamara a la policía y que fuéramos detrás, que no se escapara. Él, de la rabia, volvió a pegarnos y fue cuando intervino la policía y ya pudo hacer un acta. Coger los nombres a todos para poder denunciar. Sus amigos le dejaban e incluso algunos le incitaban. Yo le vi como si fuera un peleador profesional, como que él vio un objetivo y fue y lo cumplió. Vio como dos chicos que no eran de su estatus o de su clase social y vino y nos echó", concluyó.