En gala 3 del pasado lunes 11 de diciembre Salma estuvo a punto de tener que enfrentarse a las nominaciones de no ser salvada por sus compañeros. Esto puso en relevo que, lejos de lo que muchos fans creen, sus compañeros sí le tienen cariño y quieren que siga en el concurso, incluso Paul y Bea, quienes fueron señalados en muchas ocasiones como las 'víctimas' de esas malas actitudes de la concursante. Pero nada más de lejos de la realidad. Frente a Denna y Violeta, Salma fue la salvada por sus compañeros.
En cambio, a pesar de ver ese cariño por parte del resto de triunfitos, Salma sintió que el público no reaccionaba de la misma manera con ella que con el sus otras dos compañeras nominadas. Algo que le afectó y pudo controlar en ese momento, pero que con el paso de los días sigue haciendo mella en ella. Tras ser vista llorando en más de una ocasión sin querer verbalizar ante las cámaras el motivo de tristeza, finalmente acabó por confesárselo al resto.
"Me encantaría que me diera igual, pero no me da igual"
La concursante asegura que, estando aislada del mundo en la Academia, sentir algo así en su único contacto con el exterior durante la gala le ha afectado mucho: "Tener un día de feedback y que sea ese. Cuando decían vuestros nombres aplaudían a muerte y cuando decían el mío... Me encantaría que me diera igual, pero no me da igual", decía visiblemente afectada. Tras esto, Noemí Galera no dudó en ir a buscarla y llevarla fuera de cámaras para poder hablar tranquilamente, algo que ya ha hecho con otros concursantes como Martin en momentos como este.