A Ortega Cano no dejan de abrírsele frentes públicos. Por si nuevo tuviera suficiente con su separación de Ana María Aldón y el testimonio de Rocío Carrasco, ahora ha vuelto a la pequeña pantalla Carlos Ferrando para presentar su último libro en el que le dedica un capítulo al torero titulado 'La mala suerte', esa que considera que tuvo Rocío Jurado por toparse con el torero en su vida. Su presentación en el programa 'Fiesta' hizo que se volviese a poner encima de la mesa uno de los temas que más han molestado al padre de Gloria Camila a lo largo de los años: el cuestionamiento de su sexualidad.
"Él vivía en aquel momento vivía en Chueca y había visto a Ortega Cano en una situación en la que él le llamó la atención y así se lo había transmitido a Rocío Jurado", recuerda Marisa Martín Blázquez de la visita de Ferrando al programa. "Si estás hablando de alguien que se le ha visto en ciertos sitios y se lo ha dicho a Rocío Jurado, no hay que ser muy inteligente para acabar la frase", añadía Beatriz Cortázar.
"No visualizo yo a Ortega Cano en Chueca"
Ante esto, Ana María Aldón empezó a molestarse por las insinuaciones que estaban haciéndose sobre su todavía marido: " Yo también voy a Chueca y no soy lesbiana. No visualizo yo a Ortega Cano en Chueca. Con su forma de ser, no lo visualizo. Ni por Chueca ni por ningún sitio en actitudes que quiere dar a entender", asegurando que le parecía de muy poca valentía andar insinuando cosas en lugar de llamar a las cosas por su nombre: " Sí quiere decirle algo, que lo diga con todas las letras y así pueda tomar determinaciones con él ".
La diseñadora aseguró que había hablado de esto a lo largo de los años con el torero y este siempre se lo negó rotundamente: " Él me ha dicho que se lo han inventado, que eso es mentira ", motivo por el que siempre se molestaba mucho cada vez que volvía a hablarse públicamente: "A él le sienta mal". Y esta vez no fue diferente. Beatriz Cortázar se ponía en contacto con Ortega Cano para hablar con él y lo que se encontró al otro lado del teléfono no fue agradable.
"Está muy enfadado", reconocía la periodista tras hablar con él: "Él respeta a todo el mundo, que todo el mundo es libre, pero que a él, lo que no es, no es ". Según la colaboradora, el enfado no vendría porque se cuestione de nuevo su sexualidad, sino porque cada día tiene que hacer frente a un nuevo ataque, una nueva acusación contra él: "Todos los días tiene un motivo. Dice que siempre es un ataque hacia él. Cuando no es un tema es otro", y le dijo las siguientes palabras: " Me dice 'es que me quiero ir ya de este país, no aguanto más' ".