Durante la duodécima gala del formato presentado por Jorge Javier Vázquez, la audiencia decidió que Lara Sajén fuera la eliminada y, como consecuencia, fuera trasladada a Playa Uva. "Me siento fuerte de cabeza, me siento fuerte anímicamente, de cuerpo. Me siento tan fuerte que sería una pena si me tengo que ir ", expresaba desolada la argentina en directo desde Palapa después de conocer la voluntad del público.
Poco después, la concursante era enviada a Cayo Paloma junto a Omar y Lola, algo que logró levantarle el ánimo tras descubrir que aún podía tener una segunda oportunidad en Honduras. La semana anterior Omar había conseguido salvarse, separando con ello, al famoso dúo que conformaban Lola y Palito. Se presentaba una semana de incertidumbre, donde cualquiera podría ser el elegido para abandonar Honduras.
Sin embargo, el novio de Anabel Pantoja no pudo esta vez con sus compañeras y se convertía en el noveno expulsado del concurso tras conocerse el deseo de la audiencia, lo que dejaba muy tocada a Lola, que ya había tenido que despedir a Palito y ahora se despedía de Omar, con quien había pasado dos semanas de supervivencia. "Escúchame lo que te digo. Tranquila. Ya sabes que vas a tener todo mi apoyo fuera. Te voy a apoyar a tope porque sabes que eres mi finalista. Las casi dos semanas que he estado contigo han sido brutales. Tienes que seguir luchando aunque te pongas en ese corralito", le pedía Omar a una Lola desesperada, que rompía a llorar.
Lola, pillada por segunda vez robando comida
Pero, esta vez, Lola y Lara Sajén no estarán solas. Melyssa y Alejandro Albalá se han convertido en los primeros unificados tras superar dos pruebas de recompensa respectivamente y disfrutarán de la localización junto a las desterradas. La extronista y el exnovio de Isa Pantoja se emocionaban mucho al reencontrarse con sus antiguos compañeros, a los que ya hacían en España, llegando incluso a tirarlos al suelo a causa de los fuertes abrazos como en el caso de Alejandro con Omar.
Asimismo, el programa ponía castigos a algunos de los supervivientes. Lola y Omar habían sido pillados por la organización del programa con un arsenal de galletas escondidas. Los concursantes aprovechaban los despistes del equipo de grabación para robarlas. " He vuelto a caer en la tentación. Me da mucha pena porque estoy haciendo un concurso muy limpio y no quiero que la última imagen de mí sea esa. Lo siento mucho", se lamentaba Lola entre lágrimas al ser pillada.