"¡Ah, es verdad! Porque a mí me tiene que llevar un hombre, ¿no?", dijo la hija de Isabel Pantoja, que ya le dijo a Kiko Rivera que será su padrino. "Yo creo que cuando nos casemos de verdad, vamos a volver a venir aquí, ¿vale?", sobre el lugar donde actualmente está concursando el padre de su hijo, como ya hiciese ella misma en 2015, su niñera Dulce en 2016 y su hermano y su excuñada en 2011. "Sería muy bonito, ¿no?", apuntó Isla.
"¿A que no tienes nada ganas de hacer nada? ¿O sí?", le preguntó Pantoja a Isla, en relación con la pérdida de apetito sexual que dicen tener todos los 'supervivientes' cuando llevan varias semanas en la isla. Sin embargo, ese no parece ser el caso de Alberto, ya que le respondió que "me levanto todos los días empalmado", lo que a su recién estrenada mujer le pareció "interesante... ¡Hacemos un niño en 'Supervivientes'... En Cayo Paloma!"
"Traéme agua, por fi, que tengo sed. La conversación... Me ha entrado calor", dijo la joven de 22 años después de que dicha conversación subiese de tono, pero lejos de dejarlo ahí, Alberto continuaba insistiendo en sus planes. "Pues eso, en cuanto llegue, primera noche...", aseguró el concursante. "Y además fijo que perfecto, porque tú...", añadió Isa - como diciendo que Alberto donde pone el ojo, pone la bala - antes de que ambos empezasen a reírse a carcajadas. A continuación, la pareja de recién casados se tumbó en las esterillas, donde no dejaron de darse muestras de cariño el uno al otro.
Alberto, a Isa: "En cuanto vuelva, te hago una niña, la primera noche"
A la mañana siguiente, Alberto Isla preparaba un coco para desayunar antes de que su mujer se levantara, momento en el que el concursante aprovechó para preguntarle que qué tal había dormido. "He dormido bien. He dormido bien porque la noche ha dado para mucho, la verdad", respondió la hija de la tonadillera con una sonrisa pícara, en relación a lo que ocurrió entre ellos la noche anterior, cuando las cámaras ya no les grababan.
Pero el momento de la despedida estaba cerca y, en cuanto encontraron el pergamino con las instrucciones, descubrieron que solo tenía 5 minutos "para crear los últimos recuerdos en este lugar paradisiaco". "Yo no sé si el mío me lo dejarán", decía Alberto mientras ambos se ponían sus respectivas alianzas garífunas. "¿Te ha gustado esto? Dame un abrazo. Te quiero. Pásatelo bien", le dijo a su pareja que asentía en silencio, emocionada, antes de fundirse en un último abrazo. "Yo también te quiero. ¡Ponte el anillo, si te dejan, ¿vale?!".