En cambio, Rocío Carrasco, que ya le tenía mucho cariño, no dudó en llamarla para invitarla personalmente a su boda al no ir como el 'más uno' de Sandra Barneda. Algo que hizo hasta la propia mañana de la ceremonia. "Yo estaba empezando con Sandra y me tenía que decir ella que fuera. Y Rocío poniéndose el vestido y llamándome para que fuera". Y la convenció en el último momento.
"Yo me planto en Pronovias y pido un vestido para una boda que tenía esa misma tarde. Justo enfrente hay un Corte Inglés y en estos sitios donde hay para probarte maquillaje pues me pongo yo. Me pusieron guapa y llamo a mi amiga para que me lleve rápidamente", recuerda Nagore Robles de aquel día. "Me tuve que parar en un bar de carretera porque la boda era en Toledo, como a una hora de aquí. Fue como 'Lluvia de estrellas': entró un señor con 'pingajos' y sale del baño una señora".
Pero, a pesar de las prisas, la entonces colaboradora llegó tan 'in extremis' que lo hizo antes incluso que la propia novia. "Llego allí, me subo a la habitación, miro por la ventana y veo que ya está llegando al altar". Una boda que dejó muy sorprendida a Nagore Robles por la gente conocida que había allí: "Ahí hubo mucha gente. Gente muy guapa. Me siento en un sofá y estaba Paula Rubio. Yo no había estado con gente tan importante".
"El día más feliz de mi vida"
Rocío Carrasco no dudó en asegurar que en su gran día estaba rodeada de gente muy importante para ella: "Ahí no había nadie que fuese de compromiso. El que estaba era porque teína que estar y el que estaba era porque había pertenecido a nuestra vida en algún momento de los 23 años que llevábamos juntos". Para ella aquel fiesta era en agradecimiento a todas esas personas: "Lo queríamos hacer porque era una forma de agradecer a la gente que nos quería el haber estado con nosotros". Un día tan especial que para Rocío Carrasco es el más feliz de su vida: "Yo tengo las fotos en el ordenador y la carpeta se llama 'El día más feliz de mi vida'".