Un duro proceso
Tanto él como la madre de la niña decidieron ir al día siguiente a comprarle ropa de niña a sabiendas de que en el colegio no se la iba a poder poner de manera inmediata temiendo los insultos de sus compañeros, pero para ella no fue un inconveniente: "Papá, no me importa, yo tengo muy claro lo que soy", le dijo cuando le avisó de que los niños podrían insultarle. Ahora todos le llaman Violeta, pero legalmente está siendo un proceso difícil para él y su familia: "Estamos intentando cambiar el nombre de Nacho por el de Violeta, pero la fiscal se opuso. Mi hija está madurando muy rápido. Toma decisiones muy duras para una niña de nueve años".
La entrevista que ha concedido ha servido como reflejo de un sector de la sociedad que todavía no es plenamente aceptado, y ha contado que iba a donar el dinero obtenido en su intervención de manera íntegra a la asociación de transexuales a la que pertenece. También ha promocionado un anuncio muy especial para ayudar a la aceptación titulado 'No hay huevo' y en el cual participa.