Fue el pasado 28 de mayo de 2020 cuando Nacho Vidal era detenido por el presunto homicidio imprudente del fotógrafo José Luis Abad el 28 de julio de 2019 en su finca de Enguera (Valencia) a consecuencia del consumo del veneno del sapo bufo, una droga que se conoce como 'la molécula de Dios'. Ahora, meses más tarde de la detención, el propio actor porno habla para El Periódico sobre cómo fueron los minutos previos a la muerte de Abad.
" Yo le estuve preguntando qué estaba buscando al tomar la medicina -así se refiere Nacho Vidal a la sustancia en cuestión- y me dijo que la había tomado anteriormente y que la quería volver a tomar ", explica en esta conversación grabada y que ha emitido también el Programa de Ana Rosa' esta misma mañana del viernes 25 de septiembre. " Yo lo miré a los ojos y le dije: 'Yo no soy un chamán, yo no soy tu maestro, simplemente te voy acompañar con la medicina. ¿Confías en mí?'. Me dijo que sí, yo lo abrazo, me aparto, le pongo la pipa en la boca, le doy fuego, él chupa...", narra el propio actor los últimos minutos antes de que tuviese lugar la tragedia.
En su propia defensa, el acusado asegura que hizo "todo lo que estuvo en mi mano para salvar a esa persona", llegando incluso a realizarse la maniobra de reanimación: "Eso no era normal", asegura: "Diciéndole: Tú no te vas a morir'". Desgraciadamente, aquello no fue suficiente para salvarle la vida. El que también fue concursante de 'Supervivientes' reconoce que él tiene claro que el veneno que se le suministró no fue la causa de la muerte: " La medicina, hasta donde yo sé, no te mata. Lo que te mata es otra cosa ". Muy a su pesar, eso es de algo de lo que no puede hablar mientras el caso no esté cerrado: " Eso es secreto de sumario, pero eso está ahí, eso se sabe".
"¿Tú sabes lo que se siente cuando alguien se muere en tus brazos?"
Vidal ha querido también desmentir algunas cosas que se habían dicho de él tras hacerse pública la detención - algo que considera "fue totalmente gratuito, en busca de hacer ruido" -, como por ejemplo que le había cobrado por aquellos servicios: "Yo soy Nacho Vidal, no soy un chamán", y añade: "Viene a mi casa un amigo de mi prima, a pasar el día, a comer una paella, ¿y yo que le voy a cobrar?".
Fue al final de su declaración cuando el acusado rompe a llorar al no sentirse comprendido por lo que había vivido y lo injusto de su acusación: " ¿Tú sabes lo que se siente cuando alguien se muere en tus brazos? ¿Sabes cómo te queda la cabeza después de haber intentado todo por esa persona y que se muera en tus brazos?", decía ya entre lágrimas.