Uno de los invitados más habituales en el programa de Pablo Motos y uno de los políticos españoles que más pasiones levanta, así es Miguel Ángel Revilla, Presidente de Cantabria. En enero de 2023, ha cumplido los ochenta años y por ese motivo ha decidido acudir una vez más a 'El Hormiguero'.
Durante esta visita a Atresmedia, el político ha querido rendir homenaje a su mujer, que se encontraba esta vez en plató acompañándole, sentada en las primeras filas. El cántabro no ha dudado en dedicarle unas palabras y en expresar delante de toda España, en un programa de tantísima audiencia, que sin ella no sería quien es.
"La última vez que vine al programa estaba hecho polvo. Al día siguiente operaban a mi mujer de un cáncer de colon. Ahora está con la quimio, pero con mucha raza. Es el amor de mi vida ", se ha sincerado uno de los políticos más reputados del panorama con Pablo Motos. "Tú me hiciste fácil sentarme aquí", le ha reconocido. " Pacté contigo que íbamos a llevarlo de una manera que no se notara, pero que yo estaba muy afectado. Por eso te dije que me prometieses que me traerías aquí en mi 80 cumpleaños y que traería a mi mujer conmigo ", dijo emocionando todos los presentes, incluida Aurora Díaz, su mujer, que le miraba atentamente.
Emoción por doquier
Revilla, que acaba de publicar el libro 'Toda una vida', fue a promocionar estas memorias sobre su infancia y contó duros recuerdos el bullying que sufrió en su etapa escolar hasta cuando fue a estudiar Económicas a Bilbao. También ha habido tiempo para relatar anécdotas graciosas, como es habitual en él, desvelando aquella vez que Pedro Sánchez le invitó a comer por haberle apoyado tanto y acabó yéndose sin pagar la cuenta.
No obstante, todos los momentos emotivos del programa giraron en torno al apoyo del presentador al político por la enfermedad de su mujer y mientras lo hablaban, Pablo Motos llegó a romper a llorar: "Ella está aquí porque es una crack, esta noche Aurora ha sacado fuerzas... ¡joder!", llegaba a expresar el presentador. El final del programa no podría haber estado mejor marcado que por un regalo de Miguel Ángel Revilla a Aurora. "Soy un desastre, sé que voy a hacer el ridículo", dijo, mientras se encaminaba a ella para cantarle una canción para acabar fundiéndose en un cálido beso que emocionó a todo el plató, mientras Pablo Motos despedía uno de los programas más emotivos.